BELO HORIZONTE.- Dando inicio a su visita de trabajo a Brasil, el ministro de Relaciones Exteriores, Alfredo Moreno, participó en la segunda reunión anual del Consejo Asesor Internacional de la Fundación Dom Cabral, uno de los centros de desarrollo de ejecutivos, empresarios y empresas de mayor prestigio mundial.
La autoridad compartió con su par de ese país, Celso Amorim, con quien debatió sobre la nueva dirección de las relaciones exteriores de América Latina con el resto del mundo.
Durante su intervención, Moreno hizo una descripción del sistema internacional y particularmente del panorama regional, pero se refirió además a la política exterior de Chile, con énfasis en la integración.
"La integración sudamericana debe tener como objetivo hacernos capaces de competir en este mundo y también para permitirnos combatir problemas multinacionales, como el terrorismo y el narcotráfico, temas que no pueden ser resueltos por un solo país", afirmó.
Durante su alocución, el canciller también se refirió al rol de Brasil en la región, debido a su tamaño e influencia, y aprovechó la instancia para ratificar el apoyo de Chile al ingreso de este país al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como miembro permanente.
Moreno destacó los estrechos lazos que mantienen ambos países. "Chile es un país pequeño pero confiable, que ha demostrado, al igual que Brasil, que sabe enfrentar los retos del mundo moderno. Además, a lo largo de la historia, siempre hemos mantenido una estrecha amistad. Como alguien lo definió, 'una amistad sin límites'. La colaboración de Brasil y Chile es muy estrecha y estoy seguro que lo será aún más en el futuro, pues compartimos una historia, valores e intereses comunes", señaló.
Por último, destacó la importancia de la integración física en la región, como el corredor bioceánico desde Santos a Arica e Iquique, que se inaugurará próximamente por los Presidentes de Chile, Brasil y Bolivia; así como el de Porto Alegre al puerto chileno de Coquimbo.
En la misma línea, celebró iniciativas como el túnel a baja altura del Cristo Redentor, que permitirá mejorar la fluidez del principal paso entre Chile y Argentina, que actualmente permanece cerrado 30 días al año debido a la nieve.