PESHAWAR, Pakistán.- Combatientes islámicos capturados quitaron armas a sus guardias y los tomaron como rehenes el sábado durante un interrogatorio en el noroeste de Pakistán, detonando una batalla que paralizó partes de la ciudad, dijeron funcionarios.
Oficiales de la policía dijeron en un inicio que milicianos atacaron desde fuera la oficina de inteligencia del Ejército, pero otros funcionarios señalaron más tarde que no hubo un asalto externo.
Los combatientes "doblegaron a dos centinelas" y los tomaron como rehenes, dijo el general de división Athar Abbas, vocero del ejército paquistaní.
El área alrededor de la oficina fue acordonada poco después del ataque, el cual inició aproximadamente a las 06.00 horas.
Aún se podías escuchar disparos esporádicos más de cinco horas después, paralizando varias manzanas de la ciudad.
Peshawar es la capital de la atormentada provincia de Khyber Pakhtunkhwa, donde los rebeldes atacan frecuentemente a policías y fuerzas de seguridad.
La zona donde ocurrieron los hechos está cerca del consulado de Estados Unidos, pero la policía señaló que ese edificio no fue el objetivo.
Imágenes de televisión mostraban comandos y policías rodeando el consulado y revisando vehículos.
La balacera comenzó horas después de que presuntos misiles estadounidenses golpearon dos vehículos que transportaban rebeldes en el noroeste de Pakistán matando a cuatro de ellos.
El ataque con misiles ejecutado por la noche ocurrió en la atribulada región tribal de Kurram, en la frontera con Afganistán.
Los hombres muertos pertenecían a la red Haqqani del Talibán, a la cual se atribuyen varios ataques contra fuerzas estadounidenses y de la OTAN en Afganistán, dijeron dos funcionarios de inteligencia, quienes pidieron mantenerse en el anonimato debido a que no estaban autorizados a hablar con la prensa.
Aunque la CIA ha atacado con frecuencia posiciones de militantes en las regiones tribales de Pakistán, las incursiones como la ocurrida son raras en Kurram.