EFE
PARÍS.- El Presidente francés, Nicolas Sarkozy, confirmó hoy sus planes de retirar la nacionalidad a franceses de origen extranjero que atenten contra policías y gendarmes, y de llevar a cabo una reforma legal que permita expulsar a inmigrantes en situación irregular.
El Palacio del Elíseo- sede de la Presidencia- detalló por medio de un comunicado que durante los diez primeros años, tras la adquisición de la nacionalidad, ésta podrá se retirada a los naturalizados franceses de origen extranjero que hayan atentado contra la vida de policías y gendarmes.
La calificación penal de esos atentados contra representantes de la autoridad pública se endurecerá, y sus autores recibirán castigos de 30 años de prisión, condena que no podrá ser reducida, y se añade que se fijarán penas mínimas para los autores de delitos violentos en circunstancias agravadas.
A diferencia de lo que pretendía el ministro del Interior, Brice Hortefeux, finalmente no se retirará la nacionalidad a los naturalizados condenados por poligamia, según explicó el titular de Inmigración, Eric Besson, porque después de un examen jurídico se ha considerado que esa posibilidad sería censurada por el Consejo Constitucional.
No obstante, Besson advirtió que se van a "agravar las penas" por poligamia, al tiempo que negó que haya "habido un pulso" sobre esta cuestión entre él- contrario a que fuera motivo para retirar la nacionalidad- y Hortefeux.
El ministro de Inmigración también descartó que en la enmienda preparada al proyecto de ley sobre la nacionalidad- que será defendida ante el Parlamento a finales de mes- se vaya a incluir una disposición para dificultar la adquisición de la nacionalidad de los hijos de extranjeros nacidos en Francia.
Esa cuestión, puntualizó, "necesita un examen en profundidad" y para ello se designará una comisión o una personalidad.
Besson advirtió, en cualquier caso, que la idea de limitar el derecho del suelo "no se va a enterrar".
Con los anuncios de hoy, el Gobierno formalizó lo anticipado el pasado 30 de julio, cuando adelantó su "voluntad inflexible" de retirar la nacionalidad "bajo ciertas condiciones" a quienes atenten contra una autoridad pública, medida que ha levantado una fuerte polémica.
El comunicado presidencial precisó que habrá una reforma de la ley de inmigración "para facilitar conducir hasta la frontera a extranjeros en situación irregular, incluidos, en circunstancias particulares, a ciudadanos de la Unión Europea".