PARÍS.- Los sindicatos franceses convocaron a una nueva
jornada de huelgas y manifestaciones para el jueves 23 de septiembre contra la reforma del sistema de jubilación tras considerar insuficientes los cambios anunciados el miércoles por Nicolas Sarkozy, que no afectan los puntos claves.
"Respaldadas por el éxito excepcional de las manifestaciones del 7 de septiembre, las organizaciones sindicales consideran que los anuncios del presidente de la República (...) no modifican el carácter injusto e inaceptable de la reforma", afirmó la intersindical en un comunicado conjunto.
Al cabo de una reunión de tres horas en la sede parisina de la CGT, seis de las ocho centrales obreras decidieron "proseguir y amplificar el proceso de movilización para obtener medidas justas y eficaces capaces de asegurar la perennidad del sistema de jubilación", según la declaración leída a la prensa.
La reforma, rechazada el martes en las calles de cientos de ciudades de Francia por más de un millón de personas según la policía y hasta tres millones según los sindicatos, elevará la edad mínima para acceder a la jubilación de 60 a 62 años a partir de 2018 y aumentará de 65 a 67 años la edad para cobrar una jubilación completa.
El anuncio de los sindicatos, que calificaron la jornada del martes de "éxito excepcional", se produjo horas después de que el presidente Sarkozy rechazara dar marcha atrás al aumento de la edad mínima.
"De ninguna manera cambiaremos ese punto", sostuvo Sarkozy que en cambio anunció modificaciones en el caso de quienes cumplen trabajos difíciles o aquellos que comenzaron a trabajar antes de los 18 años para que puedan jubilarse a partir de los 60 años.
Pero tanto sindicalistas como la oposición socialista calificaron esas modificaciones de "bricolaje" y de "medidas menores" que a lo sumo alcanzarán a 30.000 personas.
Con más de 15 millones de jubilados, Francia es uno de los países europeos donde la edad mínima para tener derecho a jubilarse es más baja, aunque eso sí, habiendo trabajado 40 años.
"Tenemos un gobierno que está encerrado en una lógica que no tiene que ver con las jubilaciones, sino con un plan de austeridad", sostuvo el secretario general del sindicato FO, Jean Claude Mailly.
La reforma que el gobierno quiere ver adoptada en el Parlamento a fines de octubre -el 15 será votada en la cámara de Diputados- prevé incrementar los años de aportes a 41 años y tres meses a partir de 2013.
La socialista Martine Aubry abogó por "rehacer de cero" la reforma e insistió en pedir al presidente que "retire el proyecto" que los diputados empezaron a debatir el martes en un ambiente electrizado, y sobre el cual se presentaron unas 700 enmiendas.
En su declaración el mandatario galo reiteró que la reforma del sistema de jubilaciones que desde el martes está en el Parlamento, es "esencial" y por ello "es normal que genere inquietudes y movilizaciones importantes".
Pero advirtió que "no dejará que nadie desnaturalice la reforma pues sería poner en peligro el retorno al equilibrio" del sistema de jubilación.
El gobierno justifica la reforma en que le permitirá salvar un sistema amenazado por el aumento de la esperanza de vida y las consecuencias de la crisis económica de 2008.
Según un organismo independiente, esa crisis triplicó el déficit del sistema de jubilaciones en 2010 a 32.000 millones de euros (39.000 millones de dólares).
Si no se hace nada en la materia, el déficit alcanzará los 70.000 millones de euros en 2030.
