BRUSELAS.- El sacerdote y misionero flamenco Eric Dejaeger compareció este lunes ante las autoridades belgas, que deberán decidir sobre su extradición a Canadá para que responda por nueve casos de abusos sexuales a niños esquimales.
En los últimos meses Dejaeger, hoy de 63 años, permaneció oculto en una dependencia de la abadía católica de Blanden, miembro de la orden de los padres "oblatos" benedictinos.
De acuerdo con lo informado hoy por la versión digital del periódico "De Standaard", Dejaeger llamó esta mañana a la policía de la localidad flamenca de Dijleland, en la periferia de Lovaina, para entregarse.
Según el periódico, los padres "oblatos" benedictinos han recibido duras críticas por parte de la población local por "brindar amparo a un (presunto) pedófilo buscado por Interpol".
Tras su llamada telefónica, la policía fue a buscarlo a esa abadía y posteriormente prestó declaración de manera voluntaria.
Dado que la justicia belga todavía no recibe la petición de extradición oficial de parte de Canadá, el sacerdote permanecerá por el momento en territorio belga.
De todas formas, el portavoz judicial de Dijleland, Patrick Vits, aseguró que ya se solicitó "de inmediato a las autoridades de Canadá" que envíen una petición formal de extradición.
Dejaeger trabajó en 1990 como misionero en Canadá y entonces fue condenado a cinco años de cárcel por haber abusado de ocho niños esquimales.
Según el diario, después de purgar su pena en ese país regresó a Bélgica, pero desde 2001 la justicia canadiense ha intentado volver a juzgarlo por "otros nueve casos de abusos a menores".
Justo en esta jornada el cardinal primado de Bélgica, André Leonard, hizo una autocrítica por los casi 500 casos de abusos sexuales a menores belgas por parte de sacerdotes católicos flamencos y valones entre los años 60 y 80. "Fueron errores del pasado que nunca, nunca deberían volver a producirse", comentó.