Dilma Rousseff defiende su campaña a la Presidencia de Brasil

CAMPINAS.- La candidata oficialista a la Presidencia de Brasil, Dilma Rousseff, dijo hoy que "jamás" aceptaría "prácticas ilegales" en su entorno, en medio de un escándalo de denuncias de tráfico de influencias que salpica a una de sus más cercanas asesoras, quien la reemplazó como jefa de gabinete presidencial.

"Jamás permití, jamás cobijé prácticas ilegales en mi entorno. No acepto eso tampoco en mi campaña", declaró Rousseff en rueda de prensa en Campinas, una ciudad satélite de Sao Paulo (sudeste), en una jornada en la que nuevos reportes de prensa señalaron más irregularidades en la jefatura de gabinete durante la gestión de su sucesora y ex asesora, Erenice Guerra.

En los últimos días se multiplicaron denuncias, que se encuentran ahora bajo investigación judicial, sobre la actividad empresarial de Israel Guerra, hijo de Erenice.

Israel Guerra, presuntamente asociado con allegados a su madre, habría negociado préstamos públicos para empresas privadas a tasas privilegiadas, aprovechando su parentesco con la funcionaria de gobierno.

Hoy durante un acto en Campinas junto a Rousseff, el Presidente Luiz Inácio Lula da Silva criticó a los medios que formularon las denuncias.

"Vamos a derrotar a algunos diarios y revistas que se comportan como si fueran partidos políticos y que no tienen coraje de decir que forman parte de un partido político", señaló.

"Ellos no soportan que la economía brasileña vaya a crecer más de 7% este año, o que un metalúrgico (Lula fue obrero metalúrgico y líder sindical del sector) hiciera más universidades que todos los presidentes elegidos en este país, o no se conforman con que generásemos casi 15 millones de empleos con contrato", lanzó.

Los medios locales dieron cuenta hoy de que Guerra recibió ayer una "censura ética" de parte de la Comisión de Ética de la Presidencia, por no haber dado cuenta de su patrimonio y de sus lazos familiares con personas que trabajan en o para el gobierno.