PARÍS.- En vísperas de una nueva jornada de protestas y huelgas contra la reforma de la jubilación del gobierno conservador francés, el líder de la CGT reivindicó el triunfo de su causa "en la opinión" pública y confió en una masiva movilización ciudadana.
"Hemos ganado la batalla de la opinión" pública "como muestran las últimas encuestas: tres de cada cuatro trabajadores se oponen a las medidas de edad" de la reforma lanzada por el gobierno de Nicolas Sarkozy, afirmó Bernard Thibault, secretario general de la CGT, principal sindicato francés a la radio pública France Info.
El aumento de 60 a 62 años de la edad para tener derecho a jubilarse y de 65 a 67 años la edad para cobrar una jubilación completa son los dos puntos claves de la reforma, rechazados por el 70% de los franceses según una encuesta del instituto CSA.
El 7 de septiembre, las principales centrales obreras de Francia sacaron a la calle a 2,7 millones de personas -1,1 millones según la policía- para rechazar una reforma que consideran "injusta" y que pondrá fin al sistema vigente desde 1983 durante la presidencia del socialista Francois Mitterrand.
"Nuestro objetivo es hacer algo comparable al 7 de septiembre y las indicaciones son buenas" pues "se convocaron 231 manifestaciones" en todo el país contra 213 hace dos semanas, precisó Thibault.
"Es una buena señal", agregó el dirigente sindical antes de precisar que el viernes la intersindical podría "adoptar otras iniciativas (pues) no hemos llegado al final de este proceso".
Según el dirigente cegetista "a medida que pasan los días el calendario se achica y nos encaminamos hacia tensiones cada vez más importantes si el gobierno sigue inflexible en los puntos que estructuran esta reforma".
"El gobierno está dudando", sostuvo Francois Chereque, responsable de la CFDT, segundo sindicato de Francia, que pidió nuevamente al ejecutivo que "revise a fondo su reforma".
Su par de FO, tercer sindicato francés, Jean Claude Mailly, también estimó que la movilización será "fuerte" y no descartó una "radicalización" del movimiento de protesta.
Los transportes públicos y la educación deberían ser los sectores más afectados por las medidas de fuerza, convocada también en la administración pública, los medios de comunicación estatales, la industria, la energía, bancos y comercios.