El Presidente Rafael Correa tras ser rescatado anoche en medio de un violento enfrentamiento.
EFEQUITO.- Ecuador amaneció hoy en relativa calma luego de la violenta jornada de ayer, cuando cientos de policías se sublevaron y mantuvieron retenido al Presidente Rafael Correa durante varias horas.
Las actividades están volviendo paulatinamente a la normalidad en ese país y en el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, se observa una fuerte presencia militar.
No obstante, en las calles aledañas se han comenzado a congregar decenas de seguidores del Mandatario, algunos con pancartas, para expresarle su apoyo.
"Vinimos a apoyar al Presidente de la República. Lo de ayer fue catastrófico para el país", dijo uno de los asistentes, Luis Coronel, de 55 años, quien viajó desde otra ciudad especialmente a manifestarle su apoyo al jefe de Estado.
La luz del día también dejó ver los daños en el Hospital de la Policía, desde donde anoche fue rescatado el Presidente, en medio de una intensa balacera que dejó dos fallecidos.
Hay puertas y sillas rotas, agujeros de bala en ventanas y paredes, manchas de sangre, el piso está cubierto de pedazos de vidrio, y aún hay olor a gases lacrimógenos.
Los funcionarios del hospital confiesan haber pasado ayer "por una las peores experiencias" de sus vidas.
El Regimiento Quito, donde cientos de policías iniciaron ayer su protesta, también ha vuelto la normalidad.