KABUL.- Cuatro soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia en Seguridad (ISAF) liderada por la OTAN murieron en un ataque insurgente en el oeste de Afganistán, dijo la ISAF, las más recientes bajas occidentales en una guerra que ahora se encuentra en su décimo año.
La violencia está en su peor nivel desde que los talibanes fueron derrocados por las fuerzas apoyadas por Estados Unidos a fines del 2001.
Más de 2.000 soldados extranjeros han muerto desde el comienzo de la guerra, más de la mitad de esa cifra en los últimos dos años.
El aumento de la violencia en Afganistán tendrá un gran peso cuando el Gobierno del Presidente Barack Obama enfrente las elecciones legislativas el próximo mes, en medio de un decreciente respaldo público a la guerra y antes de una revisión a la estrategia de combate en diciembre.
La ISAF no entregó más detalles respecto a la nacionalidad de los soldados o la ubicación del ataque. Soldados de Estados Unidos, España e Italia están desplegados en el oeste del país. Las bajas de soldados extranjeros han aumentado este año.
Más de 570 militares han muerto hasta la fecha, en comparación a los 521 que murieron durante todo el 2009.
Junio fue el mes más sangriento, con más de 100 fallecidos. Más de 20 soldados han muerto sólo este mes.
Actualmente hay cerca de 150.000 soldados extranjeros en Afganistán, incluidos unos 100.000 estadounidenses, y líderes de países que han contribuido con personal militar enfrentan una creciente presión interna en casa frente a una impopular guerra.
En diciembre, Obama ordenó que 30.000 soldados adicionales fuesen enviados a Afganistán para intentar cambiar la tendencia.
Pero él también planea comenzar a llevar a los soldados a casa en julio del 2011 y lentamente entregar la seguridad a las fuerzas afganas.
Este año también ha visto un aumento en las muertes de civiles, debido a que los afganos comunes se ven cada vez más sorprendidos en medio del fuego cruzado.
Según un reporte de mitad de año de Naciones Unidas, las muertes violentas de civiles aumentaron un 31 por ciento en la primera mitad del 2010.