Las marchas contra la reforma se repitieron este martes en las calles de Marsella, donde además se acumulan cientos de residuos.
EFEPARIS.- Una nueva jornada de protestas se vive hoy en Francia debido a la reforma que amplía la edad mínima de jubilación de los 60 a los 62 años y que será votada esta semana en el Senado.
En el suroeste del país, los alumnos de la Universidad de Toulouse decidieron este martes bloquear las actividades de esa casa de estudios, mientras que en París grupos de estudiantes volvieron a enfrentarse con la policía y una joven resultó herida en un incendio.
Por otro lado, en Le Mans se incendió un colegio y aunque aún no está claro si tiene relación con las manifestaciones, los investigadores encontraron indicios que apuntan a que pudo ser intencional.
En Toulouse y Marsella, además, se acumulan los residuos en las calles, ya que los trabajadores del servicio de recogida de basura se han unido a las huelgas.
En tanto, el tráfico ferroviario volvió a verse afectado hoy por las huelgas y se prevé también que un tercio de los vuelos queden suspendidos, cifra que en el aeropuerto parisino de Orly podría elevarse hasta el 50 por ciento. Asimismo, según fuentes sindicales, alrededor de un centenar de manifestantes bloquearon el aeropuerto de Burdeos esta mañana.
El miércoles la situación podría agravarse, ya que el sindicato CGT planea una huelga del personal de aeropuertos en todo el país.
También el tránsito carretero podría verse afectado ante la falta de combustible generada por la huelga iniciada hace ocho días en las doce refinerías de Francia y el bloqueo de algunos depósitos. De acuerdo a los medios de comunicación, más de 2.500 gasolineras están ya desabastecidas y los conductores se informan a través de diferentes páginas web de los lugares en los que aún pueden repostar.
Ante ello, el Presidente Nicolas Sarkozy anunció medidas para enfrentar la escasez de suministro y amenazó con recurrir a las fuerzas del orden para evitar "desbordamientos".
En medio de este panorama, el Mandatario recibió el apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel. "Si queremos garantizar unas pensiones razonables, el hecho de que vivamos más, llevará a que la vida laboral sea más larga", recalcó la autoridad germana, cuyo gobierno ya aprobó el retraso progresivo de la edad de jubilación hasta los 67 años.