RÍO GALLEGOS.- Los restos del ex Presidente argentino Néstor Kirchner fueron inhumados esta noche en el cementerio municipal de la patagónica ciudad de Río Gallegos en una ceremonia íntima en la que participaron su esposa y jefa de Estado Cristina Fernández y su homólogo de Venezuela, Hugo Chávez.
Los restos mortales de Kirchner llegaron a su provincia natal, Santa Cruz, para su descanso final luego del multitudinario y emotivo funeral celebrado en la Casa Rosada en Buenos Aires, al que asistieron ocho presidentes sudamericanos.
Decenas de miles de personas le dieron el último adiós a lo largo de las 26 horas que duró el velatorio en la capilla ardiente montada en el Salón de los Patriotas Latinoamericanos de la sede gubernamental.
Otros miles participaron en las manifestaciones populares en la vecina Plaza de Mayo.
Bajo una intensa lluvia, el cortejo fúnebre llevó este mediodía el féretro hasta el aeropuerto de Buenos Aires. La gente arrojó flores, banderas celestes y blancas y pancartas al paso de los vehículos, en una conmovedora despedida de la capital argentina.
Luego fue trasladado vía aérea hasta Río Gallegos, unos 2.600 kilómetros al sur. Allí fue esperado por otra multitud que siguió al nuevo cortejo hasta el cementerio, donde sus restos fueron inhumados en una bóveda familiar hasta que se termine la construcción de una bóveda personal.
Kirchner fue despedido en una ceremonia íntima en la que participaron la presidenta, sus hijos Florencia y Máximo, familiares, los colaboradores más cercanos y el presidente venezolano."Olé, olé, olé, Lupo, Lupo", entonaron los santacruceños una y otra vez en referencia al apodo del ex presidente en su terruño.
El viento helado austral no amedrentó a las miles de personas que acompañaron el cortejo durante las más de tres horas que tardó en recorrer los ocho kilómetros que separan el aeropuerto del cementerio de Río Gallegos.
El diputado, presidente del Partido Justicialista (PJ, peronista) y secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) murió el miércoles pasado a los 60 años de un paro cardiorrespiratorio en El Calafate, la villa turística de Santa Cruz donde la familia posee su residencia privada.
Su repentino fallecimiento causó honda conmoción política en la Argentina y en la comunidad internacional.
