BANGKOK.- Las autoridades de Myanmar han ordenado cerrar todos los cibercafés este fin de semana con motivo de los comicios generales que se celebrarán el domingo, en otro movimiento para impedir la cobertura informativa de las primeras elecciones en ese país en dos décadas.
Fuentes de la disidencia informaron hoy además de que en veinte cibercafés de la capital, Naypyidaw, hay agentes vestidos de paisanos y de monjes budistas que vigilan la clientela.
Dos semanas antes de las elecciones, las autoridades empezaron a ralentizar la velocidad de internet de forma que la descarga o subida de determinado volumen de bytes se hace interminable o imposible.
La Junta Militar de Myanmar también restringe la comunicación por teléfono, principalmente los móviles, limitando el acceso a las tarjetas SIM y encareciendo en un 66,6 por ciento las llamadas internacionales, según datos del Ministerio de Comunicación, Correo y Telégrafos.
El régimen ha recurrido en el pasado a la censura de la red para acallar al movimiento democrático, como ocurrió durante la movilización masiva de la llamada "Revolución azafrán", de 2007.
En aquella ocasión, el Ministerio de Defensa bloqueó servidores, atacó con virus a "blogs" de disidentes, desplegó informadores en los foros para detener a opositores y cerró los cibercafés.
Los equipos de vigilancia de internet que emplea Myanmar fueron adquiridos a Singapur y, según los expertos, son bastante avanzados.
Desde sus terminales, los especialistas birmanos vigilan los comentarios de internautas sospechosos en los diarios "online", que no se clausuran para poder identificar a disidentes.
Para protegerse, los usuarios se advierten los unos a los otros de qué páginas o enlaces son peligrosos.
La Junta Militar también hace todo lo posible para cortar la transmisión de radios críticas como la Voz Democrática de Birmania, que transmite desde Noruega, el servicio en birmano de la BBC y Voice of America, y controlar las llamadas al extranjero y los fax desde los hoteles.
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