RANGÚN.- Los habitantes de Myanmar votarán este domingo por primera vez desde 1990, pero no encontrarán en ninguna lista a la mujer que plebiscitaron en esa ocasión, la opositora Aung San Suu Kyi, que desde entonces pasó la mayor parte de sus días en detención domiciliaria, y cuyo partido boicotea las elecciones.
Unas 29 millones de personas están convocadas para designar al Parlamento nacional y a las Asambleas Regionales, en una elección calificada de mascarada en Occidente, pero que ciertos analistas consideran como un primer paso, aunque sea pequeño, hacia una evolución del régimen del general Than Shwe.
Un total de 37 partidos están en liza para ocupar los 1.160 escaños a través del país.Pero los dos tercios de los candidatos representan a dos formaciones cercanas a la junta, el Partido de la Solidaridad y del Desarrollo de la Unión (USDP), creado por el régimen, y el Partido de la Unidad Nacional (NUP), cercano al régimen del general Ne Win, derrocado en 1988.
Además, una cuarta parte de los escaños están reservados a los militares en actividad. Y numerosos oficiales abandonaron el uniforme para presentarse y contribuir a la mutación civil de fachada del régimen. Ni los observadores ni los periodistas extranjeros fueron invitados a los comicios.
Según el semanario "Myanmar Times", la oposición tiene dificultad en encontrar voluntarios para vigilar los colegios electorales. La tensión es perceptible con un poder que amenaza con encarcelar al que llame a boicotear la elección.
"Todo ciudadano (...) que quiera que la regla democrática prevalezca debe depositar su boleta sin falta", subrayó por su lado el "New Light of Myanmar", periódico que oficia de portavoz de la junta, estigmatizando a los opositores que intenten "inducir en error a los que marchan en el camino de la democracia".
Además de las críticas sobre una campaña controlada, la ONU, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) e incluso algunos países asiáticos criticaron la ausencia en los comicios de la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.
