CONAKRY, GUINEA.- Los guineanos votaron el domingo en una elección postergada varias veces debido a los violentos enfrentamientos entre los dos grupos étnicos más numerosos del país, pero los comicios se realizaron pacíficamente a pesar de las tensiones.
La división étnica entre los simpatizantes de los candidatos rivales Cellou Dalein Diallo, de 58 años, y Alpha Conde, de 72, ha eclipsado lo que se suponía serían unas elecciones históricas para una nación africana de 10 millones de habitantes que nunca había realizado votaciones consideradas libres e imparciales.
El único problema que los observadores reportaron fue que en algunas casillas el material electoral era insuficiente.
No obstante, indicaron que estaban más preocupados por saber si las comunidades aceptarán un Presidente de una etnia distinta a la suya. Diallo es un fulani y Conde es un mandinga.
El país ha sido gobernado por militares los últimos 26 años y la junta aceptó dimitir sólo después de que su líder resultó herido en un tiroteo, viéndose forzado a viajar al extranjero para someterse a cirugía el año pasado.
Algunos votantes expresaron optimismo por la posibilidad de tener un primer gobernante civil.
“Por primera vez no habrá un caudillo influyendo en el voto. La próxima semana tendremos un Presidente civil. Ahora realmente podemos empezar a hablar de democracia”, dijo José Cámara, de 50 años, mientras mostraba su dedo pintado con tinta azul que indicaba que había votado.
La etnicidad no ha sido contada desde el censo de 1954, pero las autoridades estiman que cada uno de los grupos representa 30% de la población.
Los votantes de ambas etnias dicen temer que, si su candidato pierde, sus comunidades serán excluidas.
“La gente cree que la única manera de obtener una tajada del pastel es si su grupo étnico está en el poder”, dijo Hamidu Souma, un trabajador electoral que presidió una casilla en el vecindario Kaloum de la capital Conakry.
Los enfrentamientos entre simpatizantes fulani y mandinga paralizaron la ciudad varios días el mes pasado.