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Muere integrante de la junta militar argentina y símbolo de la represión clandestina

Emilio Eduardo Massera participó en el derrocamiento de la administración de María Estela Martínez de Perón.

08 de Noviembre de 2010 | 17:05 | Agencias / Emol
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AFP

BUENOS AIRES.- El ex dictador argentino Emilio Eduardo Massera murió hoy, lunes, a los 85 años a causa de un accidente cerebro vascular (ACV) hemorrágico en el Hospital Naval de Buenos Aires.


Así lo informaron fuentes del recinto a "La Nación de Argentina", que reseña la participación del ex militar en el derrocamiento del gobierno de María Estela Martínez de Perón (el 24 de marzo de 1976) y en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los principales centros clandestinos de detención de la dictadura, y del que fue director.


Apodado el "Almirante Cero", se le adjudicó el diseño del plan de exterminio de al menos 30 mil militantes de izquierda y opositores al régimen militar. Por estas razones, se encontraba bajo arresto residencial por su avanzada edad tras haber sido acosado por pedidos de captura desde España, Italia y Francia.


Postrado en una cama por una convulsión cerebral desde 2002, fue posteriormente declarado mentalmente incompetente para responder a las acusaciones de desaparición de personas, robo de bebés y apropiación de bienes que le había formulado la justicia.


Antes, había disfrutado de un indulto presidencial otorgado en 1990 que le permitió escapar de la sentencia de por vida que le habían dictado un lustro atrás.


Pero en 1998 volvió a ser detenido por la apropiación de recién nacidos, un crimen imprescriptible y excluido del indulto.


La ESMA, hoy convertida en museo, aún alberga las camillas de metal donde dormían los secuestrados que eran atormentados con descargas de electricidad mientras, a pocos metros, la vida de sus compatriotas continuaba en una elegante avenida.


"Es posible que los argentinos tengan algún matiz autodestructivo", dijo en 1981 durante una entrevista, cuando ya había dejado la Junta militar y preparaba lo que finalmente fue una reconversión fallida en político de la democracia.


Massera negó la existencia de un plan sistemático para ejercer el terror desde el Estado durante la dictadura, respetando a rajatabla el pacto de silencio de los militares. "Nadie tiene que defenderse por haber ganado una guerra justa, y la guerra contra el terrorismo subversivo fue una guerra justa", dijo en ocasión de ser juzgado.


Pero en una entrevista realizada posteriormente fue más lejos. "A un terrorista no se lo podía interrogar como a un niño, ¿no?", se preguntó quien fuera jefe de Alfredo Astiz, un marino acusado de participar en el asesinato de monjas francesas apodado "El Ángel Rubio".

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