LANSING, Estados Unidos.- Mona Ramouni estaba tomando notas en braille cuando "Cali" decidió intervenir con un relincho. Nada anormal en la Universidad del Estado de Michigan, en Lansing, donde la joven estudia acompañada de su pony que le sirve de guía.
"Cali" forma parte del puñado de equinos miniaturas utilizado en Estados Unidos para acompañar a quienes no tienen visión, y sin duda es el primero en asistir a cursos de un instituto de enseñanza superior.
Tres meses después de la llegada de Mona y "Cali", el ruido de las herraduras sigue causando curiosidad en los pasillos de la casa de estudios, cuyos alumnos, sorprendidos, le sacan fotos al animal con su teléfono móvil.
"A veces respondo 'No. Es un juguete genial'", bromea. La universidad tiene un centro reconocido a nivel internacional que brinda ayuda a los estudiantes y a los empleados discapacitados.
La presencia de la minúscula yegua castaña de crinera negra suscitó interrogaciones respecto al grado de desorden que podría provocar, pero su comportamiento ejemplar calmó las inquietudes y además parece bien entenderse con Harper, el perro de uno de los compañeros ciegos de Mona.
El hecho de tener a estos dos animales en clase "es un ejemplo sorprendente de la adaptabilidad de los estudiantes y de que pueden obtener lo que quieren en la vida", comentó Shelley Smithson, la profesora.
"Mi vida es totalmente diferente", confesó recientemente. "En casa, sea cual sea la edad, los padres te tratan como un niño", agregó.
Los de Mona, inmigrantes jordanos, musulmanes practicantes, consideran a los perros como impuros y no querían tener uno en casa.
La joven aprendió a desplazarse con la ayuda de un bastón y siempre había uno de sus seis hermanos o hermanas para ayudar. Pero terminó sufriendo su falta de independencia e incapacidad de desplazarse ella misma. Por eso terminó por comprar a "Cali" en 2008.
Tras finalizar su entrenamiento siete meses más tarde, el animal se mudó al jardín de la casa familiar en Dearborn (Michigan) y todo el mundo aprendió a ocuparse de las bolsas de comida, de la limpieza del estiércol, y el mantenimiento de los cascos del animal.
Luego, Mona se mudó a Lansing. Pero todo salió bien, y pese a algunos inconvenientes, y el pony y su dueña lograron adaptarse a su nuevo medio.