BRUSELAS.- La cumbre que la OTAN inicia mañana en Lisboa quiere acelerar la adaptación de la organización ante las nuevas exigencias que afronta, desde la apertura al exterior y la preparación ante amenazas de nuevo cuño hasta los cambios que requerirá para afrontar la crisis económica.
La reunión de jefes de Estado y Gobierno de los 28 países miembros de la Alianza Atlántica aprobará este viernes el nuevo concepto estratégico, un documento que recoge los objetivos básicos de la organización.
El actual concepto estratégico es de 1999, y el nuevo documento prevé una mayor globalización de la Alianza, visto que la mayoría de los peligros que afronta proceden de fuera del teatro europeo, como ciberterrorismo, misiles balísticos, terrorismo, piratería o amenazas a la seguridad energética.
Para ello, la OTAN prevé dar un mayor papel a la cooperación política a nivel multilateral con la ONU y la UE, pero también a colaborar con grandes actores internacionales como China, India o Brasil.
Pese a ello, el secretario general, el danés Anders Fogh Rasmussen, ha insistido en los últimos días en que la OTAN no quiere ser "un gendarme mundial", pero sí necesita actuar "con perspectiva global".
Sin embargo, el organismo internacional no llega con todos los deberes hechos en este apartado, ya que aún falta por cerrar un capítulo del documento relativo al encaje de la disuasión nuclear.