CIUDAD DEL VATICANO.- La ordenación del obispo chino Giuseppe Guo Jincai el pasado 20 de noviembre sin la aprobación del Papa y llevada a cabo "unilateralmente" es una grave violación de la libertad de religión y de conciencia.
Benedicto XVI conoció la noticia "con gran disgusto", porque dicha ordenación episcopal ha sido conferida sin el mandato apostólico y por tanto "representa una dolorosa herida a la comunión eclesial y una grave violación de la disciplina católica", asegura el comunicado.
Además, la Santa Sede denuncia que "en los últimos días, varios obispos han sido presionados y sufrido restricciones de la propia libertad de movimiento, con el fin de forzarlos a participar y a conferir la ordenación episcopal" de Giuseppe Guo Jincai.
Tales constricciones, llevadas a cabo por las autoridades gubernamentales y de seguridad chinas, "constituyen una grave violación de la libertad religiosa y de conciencia", dice.
La Santa Sede se reserva el derecho de evaluar profundamente lo acaecido, entre otros la validez de la ordenación y la posición canónica de los obispos implicados, señala.
La nota recuerda que la Santa Sede ha comunicado con claridad durante el año pasado a las autoridades chinas su oposición a la ordenación como obispo del sacerdote Giuseppe Guo Jincai y, sin embargo, han decidido "actuar unilateralmente".
"La pretensión de ponerse por encima de los obispos y ser guía de la vida de la comunidad eclesial no coincide con la doctrina católica, ofende al Padre Santo, a la Iglesia en China y a la Iglesia universal, y hace que más complejas las dificultades pastorales existentes", dice el Vaticano.