Berlusconi ha protagonizado una serie de escándalos sexuales desde que su esposa Veronica Lario pidió en mayo pasado el divorcio indignada por su vida disipada y sus fiestas con prostitutas de lujo.
AFPROMA.-Una mujer que se describió a sí misma como “acompañante” dijo el domingo que el primer ministro Silvio Berlusconi la invitó personalmente a dos fiestas en sus casas de campo donde había muchas jóvenes extranjeras.
Nadia Macri, de 28 años, dijo el domingo a la cadena Sky TG24 que creía que muchas de las mujeres —brasileñas y rusas principalmente— eran menores de edad, pero que no lo sabía con certeza era porque no habían hablado entre ellas.
Macri es la mujer que más recientemente ha relatado sus visitas a las casas de Berlusconi.
Estas situaciones han provocado una crisis política que derivaron en una convocatoria a una votación de censura al gobierno dentro de dos semanas.
Los diarios italianos publicaron este mes transcripciones del testimonio de Macri a la Procuraduría en las que dijo que Berlusconi le pagó 10.000 euros a cambio de favores sexuales en las fiestas.
El abogado del primer ministro, Niccolo Ghedini, dijo el domingo que las declaraciones de Macri "carecían de fundamento" y que habían sido desmentidas.
Macri se limitó el domingo a decir cómo le presentaron a Berlusconi —por medio de un ejecutivo de televisión— y cómo el mandatario la contactó por teléfono para invitarla en 2009 a una fiesta en su casa de Sardinia y en 2010 a una fiesta en Milán.
Dijo que Berlusconi se presentó a sí mismo diciendo "soy el sueño de los italianos". Macri se negó a dar más detalles sobre su testimonio acerca de lo que ocurría en las fiestas debido a la investigación en curso. No obstante, dijo que había hablado con el mandatario sobre los aparentes problemas de custodia que tenía en relación con su hijo de seis años.
En transcripciones de su testimonio publicadas en el diario italiano Corriere della Sera este mes, Macri dijo que durante la fiesta de 2009 había hachís disponible para las jóvenes en algunas habitaciones de la propiedad de Berlusconi en Sardinia.