HAIFA.- El incendio que arrasa desde el jueves por la mañana el macizo boscoso del monte Carmelo, en el norte de Israel, parecía disminuir este sábado por la noche gracias a la ayuda internacional, aunque continuaban aún dos focos muy activos.
"Estamos en fase de control del incendio, pero no quiero tentar la diablo", declaró el primer ministro Benjamin Netanyahu, durante una conferencia de prensa en Haifa, cerca del monte Carmelo.
"Nos hemos puesto dos objetivos: evitar nuevas víctimas y extinguir el incendio con la cooperación internacional (...) El primer objetivo se ha logrado y progresamos en el segundo", subrayó el jefe del gobierno, que supervisa personalmente las operaciones de extinción del fuego.
Netanyahu agradeció la ayuda recibida: "He hablado con 30 dirigentes de todo el mundo. Su disponibilidad me reconforta el corazón".
El dirigente anunció que su país, que no dispone de medios aéreos anti-incendios, ha alquilado a Estados Unidos el mayor avión cisterna del mundo, un Boeing 747 de la compañía aeronáutica Evergreen, capaz de verter 80.000 litros de agua de una sola vez y, sobre todo, puede operar de noche.
Por la tarde, el mando de los bomberos, Boaz Rakia, advirtió, en rueda de prensa, contra todo "optimismo prematuro" teniendo en cuenta el riesgo de que el fuego se reavive durante la noche como consecuencia de los fuertes vientos y la imposibilidad de utilizar los medios aéreos de extinción en la oscuridad.
El jefe de los bomberos, Shimon Romah, estimó que el incendio quedaría extinguido en dos días.
La policía autorizó a una parte de los habitantes de la región, que habían sido evacuados, a regresar a sus domicilios, especialmente los que viven en un barrio de la periferia sur de Haifa.
Este incendio, que se cobró ya la vida de 41 personas (38 guardianes de prisión en prácticas atrapados en un autobús, dos policías y un joven bombero voluntario), es el más mortífero de la historia de Israel.
Dos adolescentes, de 15 años y residentes en la población árabe-israelí de Isfiya, fueron detenidos como sospechosos de haber provocado "por negligencia" el incendio, según la policía. Los jóvenes habrían dejado brasas encendidas tras una comida al aire libre.