QUITO.- El gobierno ecuatoriano decretó el jueves un estado de excepción para las instalaciones de la Asamblea Legislativa en Quito, a raíz de la rebelión policial del 30 de septiembre pasado que el Presidente Rafael Correa denunciara como intento de golpe de Estado.
La medida del Ejecutivo se aplicará porque "a pesar del proceso intensivo de recomposición institucional del sistema de seguridad de esa función del Estado, las secuelas de tal suceso no se han podido superar".
"Podría generar gran conmoción interna si es que la Asamblea Nacional no pudiese ejercer a plenitud las atribuciones y facultades que les confiere la Constitución y la Ley", agregó.
El decreto, que tendrá vigencia durante 60 días, dispone "la movilización" de las Fuerzas Armadas para garantizar la "soberanía", el "orden interno y la seguridad ciudadana y humana en todas las instalaciones de la Asamblea Nacional en Quito".
La medida coincidió con la finalización del estado de excepción en Quito, que se instauró hace también 60 días.
Durante el estado de excepción, que se puede declarar en casos como de conmoción interna, el presidente está facultado a suspender o limitar derechos ciudadanos como la inviolabilidad de domicilio, disponer la censura previa en la información de los medios y disponer el empleo de la fuerza pública.