SAN MARTÍN TEXMELUCAN.- Decenas de vecinos de San Martín Texmelucan (centro de México) despidieron este lunes a 10 miembros de una misma familia que murieron calcinados el domingo por la explosión de un oleoducto que mató a otras 18 personas y arrasó gran parte de esa localidad.
Antes de la misa celebrada en la parroquia local, los familiares y vecinos de las víctimas reunidos exigieron justicia por el estallido, del cual todavía no se han confirmado las causas.
El funeral y el entierro estuvieron encabezados por Jaime Medel, el hombre que perdió en el fuego a su esposa, una nuera y ocho hijos y nietos, cuatro de ellos menores de edad. El más pequeño de los fallecidos tenía 11 meses.
Pemex dispuso que los familiares fueran enterrados en un panteón de su propiedad, ubicado junto a una central petroquímica, ya que el cementerio de San Martín Texmelucan ya no cuenta con espacio.
Este lunes investigadores tratan de confirmar la principal hipótesis del accidente -que el crudo se fugó del oleoducto por una perforación realizada para robar combustible- mientras los habitantes reclaman ayuda.
"No más fotos, dénnos soluciones", pidió un vecino a la primera dama de México, Margarita Zavala, durante el recorrido que realizó por las calles de la localidad y el refugio donde pernoctaron unos 160 evacuados.
Militares mexicanos mantienen cercados los alrededores de la zona más afectada por la explosión e impiden a los evacuados acercarse a comprobar el estado de sus viviendas.