BOGOTÁ.- El Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, termina el año y sus primeros cuatro meses de gobierno con exitosos resultados en materia de seguridad como lo fue la baja del jefe militar de la guerrilla de las FARC, alias "Mono Jojoy", y el narco-paramilitar Pedro Oliveiro Guerrero, alias "Cuchillo".
La muerte de Guerrero en un operativo el 25 de diciembre en una zona rural del municipio de Mapiripán fue el más reciente parte de victoria en esta materia dado por Santos y su equipo de gobierno, que apenas acaba de asumir sus funciones.
"Esta es una muy buena forma de terminar un año, un año que ha sido fructífero para la Policía y las Fuerzas Militares", afirmó Santos el miércoles al confirmar la muerte del narcotraficante, uno de los tres más buscados en el país junto con los fugitivos Daniel Barrera, alias el "Loco Barrera", y Luis Enrique Calle Serna, alias "Comba".
La muerte del narco-paramilitar se sumó al más importante golpe dado a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a los pocos días de su gestión como mandatario como lo fue la baja de Víctor Julio Suárez, verdadero nombre de "Jojoy", el pasado 23 de septiembre.
Las dos bajas más representativas dadas hasta el momento por la administración de Santos tienen en común que se efectuaron en municipios del central departamento del Meta.
El restablecimiento de las relaciones con Venezuela y Ecuador, principal logro en materia de relaciones internacionales para el entrante gobierno también ha beneficiado a Santos para alcanzar logros de seguridad.
La más reciente demostración de fluidez en la cooperación en esta materia se vio a principios de esta semana, cuando las autoridades venezolanas capturaron al segundo cabecilla del frente de guerra norte de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Nilson Terán Ferreira, alias "Tulio".
Dicha acción fue calificada por Santos como una "colaboración creciente de Venezuela en todos frentes" y se sumó a otros casos de aprehensión de narcotraficantes y rescate de secuestrados colombianos logrados en territorio venezolano desde que se restablecieron los vínculos en agosto pasado.
Con los recientes golpes dados a los grupos armados ilegales Santos dio continuidad a la cadena de éxitos que cosechó durante su gestión como ministro de Defensa (2006-2009) del ex presidente Álvaro Uribe, entre los que se destacan la muerte del segundo hombre de las FARC, alias "Raúl Reyes", el rescate de secuestrados en poder de esta guerrilla como Ingrid Betancourt y tres estadounidenses, la captura de capos como Diego Montoya y Daniel Rendón, entre otros.
Estos hechos le han servido a Santos además para lograr elevadas cifras de aceptación de su gestión en encuestas de medios, en las cuales se mantiene con una imagen favorable de más del 70 por ciento.
Aunque la tarea parece hecha hasta el momento, los retos que se le vienen al mandatario serán la forma como va a enfrentar los nuevos mecanismos de delincuencia surgidos tras la desaparición de importantes jefes de la guerrilla y el narcotráfico.
Frente al fenómeno del narcotráfico las autoridades ya no se están enfrentando a grandes capos, sino a alianzas de figuras medias que quedaron tras la captura y muerte de éstos, en los que en algunos casos cada vez se impone más la tendencia de micro-tráfico frente a la exportación de grandes cargamentos de drogas.
A este fenómeno se suman los pactos que han sellado distintos grupos armados ilegales con el fin común de beneficiarse con el narcotráfico.
Las bajas de delincuentes como alias "Cuchillo" igualmente son vistas por analistas como un detonador de violencia en las zonas de influencia de la organización que dirigía.
"Se darán muy probablemente disputas entre quienes buscan heredar el control de las rutas del narcotráfico, de las áreas que dominaba esta banda", declaró a periodistas Jorge Restrepo, investigador de la privada Universidad Javeriana.
De igual forma ocurre con la guerrilla de las FARC, de la que el analista y director de la organización Nuevo Arco Iris, León Valencia, afirma ha cambiado su estrategia de guerra a causa de los golpes sufridos.
Un reciente informe de la organización afirmó que el máximo comandante de las FARC, alias, "Alfonso Cano" y el Secretariado (cúpula) de guerrilla "han decidido cambiar el modo de operar, transformar las estructuras guerrilleras y recurrir al armamento tradicional artesanal".
Ahora la guerrilla, según el reporte, ha dividido su fuerza en pequeños grupos, no más de doce, evitan la construcción de grandes campamentos y la concentración de tropas y apelan al minado intensivo del territorio.
De igual forma, reúnen fuerzas temporalmente para atacar unidades menores de la Fuerza Pública, realizan operaciones comando con objetivos precisos, como el secuestro y asesinato hace un año del gobernador del departamento de Caquetá Luis Cuéllar, y hostigan con frecuencia los cascos urbanos de algunos municipios.
Conjurar esta manera de hacer la guerra es, según Valencia, "el nuevo reto de las Fuerzas Militares".