ANKARA.- El duodécimo aniversario de la detención del histórico líder del grupo armado PKK, Abdullah Öcalan, provocaron graves disturbios y enfrentamientos en varias ciudades de Turquía entre la Policía y miles de manifestantes kurdos.
Al menos dos manifestantes y un policía resultaron heridos en los desórdenes, y unas 40 personas fueron detenidas.
Öcalan fue capturado en Nairobi (Kenia) en una complicada operación entre varios servicios diplomáticos y de espionaje, que los simpatizantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) consideran que fue un "complot internacional".
El líder del PKK fue llevado a Turquía el 15 de febrero de 1999 y posteriormente condenado a pena de muerte, conmutada luego por cadena perpetua, que cumple en la isla-prisión de Imrali.
Desde inicio de semana, miles de simpatizantes se han concentrado en las principales provincias de mayoría kurda del sudeste del país, coreando frases a favor de Öcalan y lanzando petardos y piedras a la policía.
En otras ciudades del oeste del país con grandes comunidades kurdas, como Estambul y Esmirna, los manifestantes prendieron fuego a decenas de vehículos.
Selahattin Demirtas, presidente del Partido de la Paz y la Democracia (BDP), el principal partido nacionalista kurdo, exigió al Gobierno que cierre Imrali y que traslade a Öcalan a una vivienda, ya que, según diversos medios, está negociando una solución pacífica al conflicto kurdo directamente en secreto.
El PKK se levantó en armas en 1984 para exigir la autonomía de los 12 millones de kurdos que viven en Turquía y, desde entonces, unas 45.000 personas han muerto en la guerra no declarada entre los rebeldes de esta minoría y las fuerzas de seguridad turcas.
El grupo kurdo ha declarado una tregua hasta las elecciones generales del próximo 12 de junio aunque, según un comunicado de la organización, la dirección podría reconsiderar esta situación si el gobierno no da pasos para solucionar el conflicto.
