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Quién era Alfonso Cano, el hombre que cambió el baile por las balas y la rebelión

Considerado como un líder más político que militar, no pudo lograr que las FARC superaran los rudos golpes que ha recibido en los últimos años.

05 de Noviembre de 2011 | 01:10 | DPA
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Cano, a la derecha, fue el segundo hombre de Manuel Marulanda antes de sucederlo.

El Mercurio (imagen de archivo)
BOGOTÁ.- De la vida apacible en Bogotá, con el baile y el fútbol como principales actividades de los fines de semana, al temor constante por el acecho de aviones y tropas militares. Así transcurrió la existencia del máximo líder de las FARC Alfonso Cano (Guillermo Sáenz, su nombre real), abatido hoy en zona rural del municipio de Suárez, en el departamento de Cauca.

Sáenz nació en Bogotá el 22 de julio de 1948,en el seno de una familia de clase media formada por un padre agrónomo y una madre profesora de ideas conservadoras.

Quienes lucharon al lado del jefe guerrillero Alfonso Cano, el alias que adoptó al ingresar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), lo conocieron como un rígido defensor del marxismo y luego de los postulados bolivarianos, lejos de aquel perfil de joven rumbero con éxito entre mujeres, las que se deslumbraban con su inteligencia.

El joven Sáenz ingresó en 1968 a la Universidad Nacional para estudiar Antropología. Muy pronto se hizo popular por sus grandes dotes como bailarín. Luego de los trasnoches del sábado, dedicaba los domingos a su otra pasión, el fútbol: era hincha del Millonarios.

Pero en la universidad comenzó el cambio de vida. Allí, en medio del ambiente de agitación que siempre ha caracterizado a la Universidad Nacional, conoció el marxismo y se vinculó con la Juventud Comunista (JUCO).

Escalada hasta la cúpula

Pronto abandonó las "ligas juveniles" y comenzó a ascender en la estructura del Partido Comunista, hasta que algunos miembros de las FARC, fundadas en 1964 por Pedro Antonio Marín y Alberto Morantes, alias Manuel Marulanda Vélez y Jacobo Arenas, respectivamente, le pidieron dar clases de marxismo a las bases guerrilleras.

Su proximidad con Arenas, el principal ideólogo de las FARC, lo llevó a vincularse formalmente con el grupo armado, en el cual durante años tuvo un perfil más político que militar.

Alfonso Cano se internó definitivamente en la selva en algún momento de los años '70. A comienzos de la década siguiente fue detenido, pero pronto quedó en libertad por una amnistía dictada durante el gobierno del presidente Belisario Betancur, quien encabezó uno de los tantos procesos de paz con frustrados las FARC.

Las conversaciones alcanzaron a llegar a una tregua, pero se rompieron en medio de acusaciones mutuas de incumplimiento de los acuerdos. Un partido de izquierda surgido del proceso, la Unión Patriótica, fue literalmente exterminado por paramilitares de ultraderecha, quienes asesinaron a dos de sus candidatos presidenciales.

Desilusionado, Cano siguió en las montañas y empezó a ascender hasta llegar a la cúpula de mando del grupo, que lo designó como portavoz en el también fracasado proceso de paz con el gobierno del Presidente César Gaviria, en México y Venezuela.

Su tupida barba se hizo entonces muy conocida para los colombianos en una época en la que el jefe guerrillero buscaba la forma de amoldar las ideas del Libertador Simón Bolívar a la teoría marxista.

Con la muerte de Arenas, en agosto de 1990, Cano pasó a ser el ideólogo de las FARC, muy cercano a Marulanda. Las FARC comenzaron entonces una feroz ofensiva durante el gobierno de Ernesto Samper, cuando numerosos miembros de la fuerza pública fueron secuestrados en ataques a bases militares y policiales.

Cano mantuvo una postura discreta durante las conversaciones de paz con el presidente Andrés Pastrana, en cuyo marco presentó el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia como estandarte ideológico del grupo guerrillero.

El ascenso a la jefatura de las FARC llegó en 2008 con la muerte de Marulanda, quien sufrió un paro cardíaco unos días después de que fue abatido el segundo líder de la organización, alias Raúl Reyes, en un bombardeo en Ecuador.

La llegada de Cano a ese rango fue bien recibida por sectores políticos que se entusiasmaron con la posibilidad de un nuevo intento de buscar la paz, por su perfil más político que militar. Sin embargo, las distancias era insuperables con el anterior gobierno de Álvaro Uribe.

El actual Presidente, Juan Manuel Santos, se anotó ahora a costa de Cano una victoria de grandes proporciones, que podría derivar en la desarticulación final de la guerrilla más peligrosa de Colombia.
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