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Florida ejecuta a un preso que llevaba 31 años condenado a muerte

Robert Brian Waterhouse es el tercer preso en morir por inyección letal en Florida desde que el gobernador Rick Scott asumió su cargo al comienzo del año pasado.

16 de Febrero de 2012 | 01:32 | EFE
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Esta es la tercera ejecución desde que Rick Scott asumió como gobernador de Florida.

Reuters

FLORIDA.- El estado de Florida ejecutó hoy a Robert Brian Waterhouse, un preso de 65 años que llevaba 31 años condenado a muerte, desde que fue acusado de violar y matar a una mujer a la que conoció en un bar.


Esta ejecución, la tercera que ordena el gobernador de Florida, Rick Scott, desde que asumió el cargo el año pasado, ha desatado múltiples declaraciones de condena y muestras de preocupación por el ritmo al que se está aplicando la pena capital en este estado.


Según se detalló, antes de morir, el preso hizo uso del derecho a elegir su última cena: pidió chuletas de cordero, dos huevos fritos, dos tostadas, un trozo de tarta de cereza, helado de nuez, un zumo de naranja y leche.


Previamente tuvo oportunidad de pasar tres horas con su esposa, Fran Waterhouse, una de ellas con derecho a contacto físico. La ejecución tuvo lugar con un retraso de más dos horas, a la espera de que la Justicia estadounidense denegara todos los recursos y peticiones de cancelación de la pena que había presentado ante varias instancias.


Finalmente, al preso se le aplicó una inyección letal de tres sustancias, entre ellas pentobarbital sódico, según confirmó el Departamento de Prisiones de Florida.


El pentobarbital es una controvertida sustancia sobre la que algunos expertos han advertido que puede dejar paralizado al paciente, pero consciente cuando se le administra otro químico -que causa mucho dolor y ardor- para detener el corazón.


El hombre fue condenado en 1980 por violar Deborah Kammerer, una madre de 29 años, y dejarla ahogarse. Su cuerpo fue encontrado arrastrado por la marea en un playa de Tampa (Florida) y con señales de que había sido golpeado y agredido sexualmente.


Waterhouse fue acusado después de que un camarero dijera haberle visto salir de un bar junto a Kammerer, y de que se encontrara sangre, pelo y fibras de la ropa de la víctima en el automóvil del acusado. Éste reconoció haber tenido contacto sexual con ella, pero negó haberla matado.


Años más tarde apareció un testigo que dijo ver cómo el acusado, quien por entonces estaba en libertad condicional por un asesinato cometido en Nueva York, se iba del bar acompañado de dos hombres, y no de la víctima.


La defensa pidió sin éxito que se revisara el caso teniendo en cuenta ese testimonio, así como el hecho de que se habían destruido muestras físicas sobre las que se habría podido hacer una prueba de ADN determinante para el futuro del acusado.


Waterhouse es el tercer preso en morir por inyección letal en Florida desde que Scott asumió su cargo al comienzo del año pasado. Además, es el preso ejecutado que más tiempo llevaba en el corredor de la muerte en este estado.

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