León Panetta ha cumplido etapas en Colombia y Brasil durante su gira latinoamericana.
EFE
BRASILIA.- Aumentar la transferencia de tecnología militar de Estados Unidos a Brasil. Tal fue la petición que planteó el titular de Defensa del país sudamericano, Celso Amorim, a su similar de EE.UU., Leon Panetta, como parte del nuevo diálogo entre ambas naciones en el ámbito militar.
Panetta se encuentra en Brasilia dentro de su gira en América Latina,
que incluye a Chile.
Amorim recalcó que su país está interesado en aumentar los intercambios en materia de transferencia tecnológica militar con uno de sus principales proveedores.
"Brasil importa muchas cosas de EE.UU., pero a veces precisa de competencias, de recambios, y dada la naturaleza totalmente pacífica de todos nuestros proyectos, manifesté mis expectativas de que todo este clima positivo que se está creando puede reflejarse en la adquisición de esos bienes", señaló.
"No se trata de investigaciones científicas, sino para producir de manera real", añadió.
A su turno, Panetta reconoció que existe la posibilidad de desarrollar un trabajo "más estrecho" entre su país y Brasil.
Al mismo tiempo, recordó que EE.UU. concedió unas 4 mil licencias de exportación técnica en beneficio de la nación sudamericana en los últimos dos años.
"Tenemos una oportunidad de trabajar de forma más estrecha, y por ello discutimos sobre un número de áreas que creo que son prometedoras", añadió.
Entre ellas mencionó las que se relacionan con ciberseguridad e investigación militar.
Panetta acudió a Brasilia con la intención de convencer al gigante sudamericano del interés mutuo en estrechar la cooperación en la lucha contra el crimen organizado. No obstante, otros temas obstaculizan esa posible cooperación.
Millonaria compra de cazas
Brasil anuncia desde hace años que quiere modernizar su Fuerza Aérea con una compra masiva de nuevos cazas, un contrato que podría llegar a los 5.000 millones de dólares y que se disputan la estadounidense Boeing, la francesa Dassault y la sueca Saab.
La potencia sudamericana exige que la compañía elegida suministre los aparatos con una amplia transferencia de tecnología. En ese tema no hay novedades, dijo Amorim, quien aseguró que entendía las prisas de todos los competidores.
Paralelamente, un contrato de la empresa aeronáutica brasileña Embraer del orden de 380 millones de dólares fue cancelado por el Pentágono tras quejas de una compañía rival estadounidense.
El ministerio de Defensa estadounidense tuvo que apresurarse a abrir otro concurso público, ante el enojo de los brasileños.