Una mujer musulmana protesta por la muertes ocurridas en los enfrentamientos entre rohingyas y budistas en Myanmar.
EFE
RANGÚN.- Las autoridades birmanas reforzaron la seguridad en el oeste de Myanmar (Birmania), donde la violencia entre budistas y musulmanes continuaba el sábado, con un saldo de al menos cuatro muertos y varias viviendas incendiadas.
Las autoridades birmanas acusaron a la minoría islámica de los rohingyas de promover los ataques.
La presencia policial y militar "fue reforzada en el Estado de Rajin desde ayer", afirmó uno de los responsables del Gobierno.
Cuatro personas de religión budista murieron el viernes debido a la violencia en un sector situado a poca distancia de Maungdaw, en el estado de Rajin, fronterizo con Bangladesh.
Las víctimas aparentemente fueron asesinadas por ronhingyas encolerizados, quienes incendiaron varias aldeas.
El 5 de junio pasado, en tanto, los musulmanes habían denunciado que nueve personas de esa religión fueron muertas por budistas.
A pesar del toque de queda instaurado el viernes al anochecer, los actos de violencia parecían recomenzar el sábado de madrugada.
"Supuestos ronhingyas" fueron "a las aldeas muy temprano esta mañana para destruirlas e incendiarlas", declaró un funcionario gubernamental. "Vinieron del país vecino (Bangladesh) en barco", añadió.
Los rohingya, mayoritariamente musulmanes, han experimentado acciones de violación a los derechos humanos cometidos por los regímenes militares birmanos. Al mismo tiempo, han protagonizado frecuentes enfrentamientos con la población mayoritariamente budista que reside al oeste de Myanmar.