RIO PARDO DE MINAS.- Unos 40 funcionarios públicos, que representan a decenas de sindicatos que están en huelga en todo Brasil, vulneraron este viernes el esquema de seguridad de la Presidenta Dilma Rousseff durante un acto público e interrumpieron su discurso para exigir la reanudación de las negociaciones.
Según informan medios locales, los manifestantes fueron impedidos de entrar con pancartas al lugar donde la Mandataria daría un discurso, pero lograron ingresar discretamente.
Una vez que Rousseff comenzó a hablar, sacaron carteles de papel que llevaban escondidos y corearon consignas alusivas a la huelga que realizan varios organismos federales.
"La huelga continúa. Dilma, la culpa es tuya", se pudo oír durante el evento en la voz de funcionarios y estudiantes de instituciones educativas, ubicados a unos 40 metros del palco donde Rousseff hablaba, en la ciudad Rio Pardo de Minas, en Minas Gerais.
Según el diario "Folha de Sao Paulo", la Presidenta evitó mirar hacia donde estaban los manifestantes, que fueron cercados por efectivos de la policía militarizada y por agentes de seguridad.
En las afueras del recinto, decenas de manifestantes se concentraron para pedir que el gobierno negocie los ajustes salariales. Una enorme pancarta decía: "Dilma, no dejes que la falta de diálogo sepulte la esperanza. Reabre la negociación".
Sin hacer mención a los manifestantes, Rousseff defendió la política económica de su gobierno, especialmente la forma como está enfrentando los efectos de la crisis financiera internacional.
"Este es una país que tiene que ser hecho para la mayoría de sus habitantes. No puede ser hecho sólo para una parte de ellos", dijo, y agregó: "Lo importante es mirar lo que el país debe atender con prioridad".
"Hoy, estamos enfrentando una crisis en el mundo. Brasil sabe, porque tiene los pies en la tierra, que puede y va a enfrentar la crisis y va a superarla, asegurando empleo para todos los brasileños".
Especificó que uno de los objetivos de su gobierno es "asegurar empleo para aquella parte de la población más frágil, que no tiene derecho a la estabilidad", en una declaración que fue interpretada como alusiva a los funcionarios públicos, que sí tienen sus empleos asegurados.
