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Los gazatíes hacen acopio de gasolina y comida por temor al desabastecimiento

Largas colas en panaderías, farmacias y bencineras se han producido en Gaza, por temor a que el conflicto con Israel provoque un desabastecimiento general.

17 de Noviembre de 2012 | 10:50 | EFE
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Aviones israelíes bombardearon el edificio de oficinas del primer ministro Ismail Haniyeh, en Gaza.

AFP

BEIT LAHIA.- La población de Gaza hizo hoy acopio de víveres y combustible ante el temor de una posible incursión terrestre israelí en la franja que la deje aún más aislada y desabastecida, cuando la ofensiva militar Pilar Defensivo entra en su cuarto día con un saldo de 39 muertos.


Desde primera hora de la mañana, largas colas de coches y de peatones cargados con botellas y bidones se acumulaban en las gasolineras que habían recibido combustible, ante la preocupación de muchos de que quizás mañana no haya dónde comprarlo.


Los bombardeos nocturnos de la aviación israelí contra la zona de Rafah, en el sur de la franja y donde están los túneles que conectan el territorio con Egipto -por los que entra gran cantidad de productos-, han hecho temer a la población que en los próximos días pueda haber un desabastecimiento general.


En la gasolinera Tarase, en Gaza capital, Basil Al Hosundar, de 32 años, hace cola con un bidón amarillo en las manos.


"Necesitamos gasolina para el generador, para poder bombear el agua al tanque del tejado y tener agua corriente" en su vivienda, que ocupa un tercer piso y comparte con sus padres y hermanos, dijo.


La casa no tenía electricidad esta mañana, pero espera poder llenar el bidón de veinte litros, que le permitirá usar el generador eléctrico durante los próximos dos días.


"Hay que prepararse, porque lo peor todavía no ha empezado", dice Al Hosundar, convencido de que "la resistencia tiene que seguir disparando cohetes contra Israel porque, como dice el dicho, ojo por ojo....".


El empleado de la gasolinera, Osama Abu Shbak, trabaja incesantemente desde la noche y teme no poder aprovisionar a todo el que necesita.


"Ya no tenemos diesel, solo gasolina. Hemos despachado 13.000 litros en dos horas. No hemos parado. Ahora nos han llegado 10.000 litros, pero en dos horas se nos habrán terminado. Ojalá nos llegue uno de Rafah pronto", declaró.


Las panaderías y hornos de pan son otros de los pocos lugares concurridos en las calles.


En la fábrica de pan de la calle Al Naser, una cola de hombres espera pacientemente en una puerta mientras que, por la otra, salen los clientes con dos bolsas llenas de pan de pita.


"Tengo que comprar mucho pan porque tenemos la casa llena. Normalmente somos doce y ahora, con la situación, estamos treinta, porque han venido todos los familiares que viven cerca de la frontera o en barrios peligrosos", dice el joven Mohamad Surur.


El dueño del negocio, Teddy Shehada, afirma que mantiene el precio del pan igual que el resto del año y que solo venden dos bolsas por personas, para asegurar que todo el mundo tenga.


"No queremos parar la producción, no podemos hacerlo. Pero ahora no estamos haciendo postres ni bollos, solamente pan. La gente tiene miedo y teme que mañana no habrá pan. Tenemos que servirles, no podemos cerrar", afirma.


El horno produce al cien por cien de su capacidad y ha tenido que empezar a trabajar tarde porque muchos de sus empleados no han podido llegar a las tres de la mañana, hora a la que suelen hacerlo, debido a los bombardeos israelíes y la sensación de inseguridad.


"Llevamos 25 años haciendo pan y no vamos a dejar de hacerlo ahora", dice Shehada.


Las farmacias son otro de los puntos donde acude la población


En Beit Lahia, en la Farmacia Barcelona, el farmacéutico Ahmed Farajeal asegura: "mucha gente ha venido a comprar material de primeros auxilios y enfermos como los diabéticos o los que tienen problemas de presión sanguínea han venido a hacer acopio de sus medicinas, por si tenemos que cerrar".


En esta localidad al norte de la franja "la situación durante la noche ha sido muy difícil", declaró Rasha, de 24 años, secretaria del hospital Kamal Odwan.


"No hemos podido dormir con el ruido de las bombas. Los niños están muy nerviosos, no duermen, hoy están todos en la calle. Tienen mucho miedo, por la noche hay veces en que sentimos que toda la casa se nos cae encima", explica.


Y añade: "Confío en nuestros hombres y espero que consigan algo en esta guerra".


Las calles de Beit Lahia y de la adyacente Yabalia están llenas de basura, que no ha sido recogida al menos en los últimos cuatro días y se pueden ver abundantes banderillas verdes con el símbolo de Hamás.


Las escuelas permanecen cerradas en toda Gaza, al igual que las tiendas, a excepción de algunas de comestibles, puestos de verduras o de tabaco y talleres de coches.

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