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Santiago: Miércoles 08 de mayo del 2024 | Actualizado 22:29
STUTTGART.- La canciller Angela Merkel lamentó hoy las diferencias en las condiciones de vida que persisten entre el este y oeste de Alemania, 23 años después de su reunificación.
"Aún queda por hacer", admitió la líder cristianodemócrata (CDU) en Stuttgart durante el acto oficial por el día de la unidad alemana, fiesta nacional del país.
Merkel, primera canciller crecida en la extinta Alemania comunista (RDA), apuntó como ejemplos de diferencias que el este sigue teniendo un mayor desempleo (9,6%, frente al 5,9% en el oeste) y salarios más bajos.
En su discurso recordó también a todos aquellos que contribuyeron a la caída del Muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989 y la reunificación de las dos Alemania el 3 de octubre de 1990.
En el acto participó también el presidente federal alemán, Joachim Gauck, ex pastor protestante y activista por los derechos humanos también crecido en la RDA.
El mandatario describió la reunificación como el "tiempo más feliz" de su vida. "El deseo de libertad de los oprimidos derrocó a los opresores", recordó.
Gauck consideró que Alemania sigue siendo "modelo" para otros países, pero advirtió que la primera economía europea afronta tres retos: el cambio demográfico, la digitalización y la necesidad de asumir con decisión su responsabilidad como potencia.
"Nuestro país no es una isla", dijo criticando los reparos que vienen caracterizando a los gobiernos alemanes a la hora de asumir un mayor compromiso internacional.
"No deberíamos caer en la ilusión de que nos resguardamos de los conflictos políticos, económicos, ecológicos y militares al no participar en sus soluciones".
No se trata de que Alemania imponga sus dictados a otros países, aclaró. "Pero tampoco quisiera imaginar una Alemania que se empequeñece para eludir riesgos y solidaridad".
El jefe de Estado alemán no vio en riesgo la unidad de Europa. "Un sólido lazo de mentalidad, cultura e historia la mantiene unida", señaló. "Debemos discutir y debatir sobre la mejor forma de cooperar, no sobre la cohesión de Europa".
Al mismo tiempo, sin embargo, admitió que la crisis cambió el continente. "Sin lugar a dudas, la Europa en crisis no es ya la Europa antes de la crisis. Las grietas se han vuelto más visibles".
