WASHINGTON.- El secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel, dijo hoy que la liberación de cinco líderes talibanes detenidos en Guantánamo era "la última y mejor oportunidad para liberar" al sargento Bowe Bergdahl, que estuvo casi cinco años prisionero del grupo talibán.
En un testimonio ante el Comité de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, Hagel aseguró que "el intercambio de prisioneros se realizó de manera legal, con mitigación del riesgo y en interés de la seguridad nacional".
"Era necesario que el intercambio tuviera lugar de manera rápida, eficiente y discreta", informó Hagel, el más alto funcionario del Gobierno del presidente Barack Obama en testificar sobre por qué no se notificó al Congreso con la antelación debida la liberación de cinco talibanes presos en la Base Naval de Guantánamo.
Demócratas y republicanos en el Congreso han criticado a Obama por haber obviado la ley de nacional de defensa de 2014 que obliga a la Administración a notificar con 30 días de antelación cualquier transferencia de detenidos de la prisión de Guantánamo.
Los cinco líderes talibanes capturados al comienzo de la guerra de Afganistán y que llevaban más de una década bajo custodia estadounidense fueron transferidos a Qatar, mediador en el intercambio de prisioneros que permitió finalmente la liberación de Bergdahl, de 28 años y último prisionero de guerra estadounidense.
"La guerra es un negocio sucio... la guerra, toda parte de la guerra, incluido el intercambio de prisioneros, no es un ejercicio de abstracción teórica", explicó Hagel en su declaración inicial.
"Teníamos en mente que esto no era una simple transferencia, sino una operación militar de alto riesgo con una ventana de oportunidad muy corta", insistió el jefe del Pentágono, quien aseguró que hubo total unanimidad en el equipo de inteligencia y seguridad de Obama para proceder con el intercambio.
Esta audiencia de la Cámara Baja solo se centra en la supuesta ilegalidad de la decisión tomada por la Casa Blanca para liberar esos cinco reos de Guantánamo, y no en la otra gran polémica que rodea a Bergdahl, las acusaciones de que acabó en manos del grupo talibán porque desertó de su puesto.