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Abogado de infanta Cristina en Chile: "La batalla mediática está perdida, la judicial la ganaremos"

De paso por Santiago, Jesús María Silva abordó con Emol la complicada situación judicial de la hermana del Rey Felipe VI y anticipó detalles del recurso que se presentará en las próximas horas.

02 de Julio de 2014 | 12:00 | Por Leonardo Núñez, Emol

SANTIAGO.- Poco le duró el anonimato en Chile al abogado español Jesús María Silva Sánchez. El profesional ha ganado notoriedad internacional por ser uno de los juristas que asumió la defensa de la infanta Cristina, hermana del Rey de España, quien ha sido imputada por su rol en un supuesto caso de corrupción tramado por su marido, Iñaki Urdangarin.

La semana pasada y después de tres años de investigación, el juez José Castro –cargo que equivale a un fiscal en Chile- decidió procesarla por dos delitos fiscales contra la Hacienda Pública y uno por blanqueo de capitales.

La acusó de "colaboración silenciosa" y de intervenir en los negocios ilegales que Urdangarin hizo presuntamente con administraciones públicas desde el Instituto Nóos, una organización vinculada al mundo del deporte y en teoría sin ánimo de lucro.

El marido de Cristina será juzgado por supuestamente haberse apropiado de seis millones de euros de dinero público, parte de los cuales iban a parar a una empresa, Aizoon, de la que Urdangarin y la Infanta eran dueños del 50%.

El abogado Jesus María Sánchez, tras participar en la inauguración del magister de una universidad en Santiago, accedió a hablar con Emol previo a un día clave en este caso.

Según señaló, hoy su equipo jurídico presentará el escrito de apelación con el que se busca anular la decisión de Castro y así evitar que la Infanta enfrente un juicio, algo inédito en la historia de España pues nunca antes un familiar directo de la corona española pasó por esta situación.  


Sin embargo, Sánchez está confiado en que ello no ocurra aunque la prensa pareciera ya haber condenado a la infanta. "La batalla mediática está perdida, la judicial la ganaremos", asegura en un momento de pausa tras su intervención académica.

"Salir de España me ha quitado mucho estrés por la atención que genera el caso. Y he podido trabajar desde acá, porque ya tenía preparado el recurso (de apelación) antes de venir a Santiago porque me imaginaba por dónde iba a ir los tiros. Tengo sistema de conexión con la intranet de mis estudio y puedo trabajar con mi colaborador desde aquí".


-En Sudamérica se ve muy complicado el panorama judicial de la infanta. ¿En España hay alguien que crea que no sabía nada de los negocios que hacía su esposo a través del instituto Noos y  de la sociedad Aizoon?
"La batalla de la opinión pública la tenemos perdida. Pero la batalla judicial, si Dios quiere, la ganaremos. Hay muchas explicaciones sociológicas para entender esta condena de la opinión pública. La crisis económica, la desconfianza de la política, el desprestigio de la monarquía… Había que poner un nombre y le ha tocado a ella. A la infanta le han puesto en la condición de símbolo de lo que no se desea (del poder). Sí, la verdad es que la batalla mediática está perdida".

-Son sentimientos muy profundos en una España que está con bastante problemas económicos.
"España tiene una crisis que va más allá de lo económico. Las cifras macroeconómicas empiezan a mejorar, pero en la microeconomía no se nota. Aparte de la cuestión económica hay una crisis institucional que afecta a la clase política en general, ha afectado a la monarquía. El cambio de Rey servirá para revitalizar quizás a la institución monárquica. También las tensiones territoriales que tenemos son importantes. Todo eso genera una desconfianza y una hostilidad frente a todo aquello que representa al poder y ha coincidido que la infanta Cristina esté envuelta en este asunto".


-El juez Castro dijo que hay "sobrados indicios" de que ella intervino en estos negocios y que tuvo una "colaboración silenciosa".  ¿Qué opciones judiciales tiene la infanta frente a estas acusaciones?
"Estoy plenamente convencido de que ella no ha tenido nada que ver, no ya sólo con la cuestión inicial de lo que se llama el instituto Noos, tampoco con la sociedad familiar Aizoon, que gestionaba su marido. Ella efectivamente ostentaba la condición de accionista, de socio, en una sociedad limitada. Pero no hay fundamentos suficientes para que el proceso pase a lo que en España se llama fase intermedia. Y que si hay quien la acuse, vaya a juicio".

-¿Qué esgrime en el recurso de apelación que se presentará en las próximas horas?
"Es un recurso extenso de unas 60 hojas muy densas. Hemos trabajado con conceptos jurídicos asentados y firmes para poner de relieve que la infanta no puede ser autora de delito fiscal. Y que eso que el juez (Castro) denomina 'colaboración silenciosa', que sería una participación por omisión en los presuntos delitos fiscales de su marido, pues que no se corresponde con la posición de socio, el cual no está en posición de garante, que es un concepto de la teoría de la llamada omisión impropia, y que, por lo tanto, no tenía deber de someter la gestión de su marido a ningún control".

-¿Los delitos fiscales existieron y ella no sabía?
"La sociedad Aizoon, según dice el juez y los inspectores de Hacienda, es una pantalla y lo que hacía el marido es que integraba en esta sociedad sus ingresos profesionales, para que tributaran a un tipo distinto del de las rentas de las personas físicas. En España las sociedades están tributando al 30% y las personas al 56%, pues claro habría conseguido una ventaja fiscal que cuantificada puede llegar  a los limites del delito. La pregunta es ¿debía la infanta impedir esto?


"Nuestra tesis es que no tenía el deber de controlar esa sociedad, dada su posición de socio. No tenía el deber, porque los socios no tienen el deber de vigilancia de los administradores. Segundo punto, ella no tenía ninguna base, ninguna razón o elemento para sospechar y regular nada, y por lo tanto, podía confiar en que su marido estaba gestionando la sociedad correctamente. Entonces sería falta de deber y falta de sospecha o conocimiento que le llevará a pensar que su marido estaba actuando de forma irregular. Por lo tano, (ella actúo en base al) principio de confianza que es un principio muy arraigado en la teoría del derecho penal".

-¿Teme que la opinión pública influya en la decisión que determine continuar el proceso con un juicio?
"Vamos a ver. En el plano teórico tengo que decir no, porque los jueces son imparciales. Pero sí es verdad que los juicios paralelos tiene su importancia y, desde luego, al principio la opinión pública se conformaba en que la infanta declara en calidad de imputada. Ahora la opinión pública quiere que vaya a juicio".

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