SANTIAGO.- Más de 700 muertos y 1.300 infectados. Cuatro países afectados (uno de ellos en estado de emergencia) y un quinto que acaba de registrar el primer caso. El virus del ébola registra en estos días su brote más peligroso de la historia desde su descubrimiento en 1976 y ha desatado una alarma mundial.
Partió en Guinea, Liberia y Sierra Leona, expandiéndose luego a Costa de Marfil y también a Nigeria. Es tanto el temor de su crecimiento que incluso Estados Unidos recomendó a sus habitantes no acudir a los países afectados y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostuvo que es necesario recurrir a medidas excepcionales para contener la enfermedad.
Y el riesgo sube porque no se sabe cuál es el reservorio natural de este virus (ver recuadro) y tampoco existe tratamiento ni cura, aunque se han establecido medidas de precaución para evitar su contagio.
Pero, ¿es posible que el ébola pase a todos los continentes? ¿Qué riesgos traería si eso ocurre?
El doctor en Microbiología y director de la Escuela de Tecnología Médica de la Universidad Mayor, Víctor Silva, señala que, al haber un movimiento poblacional importante, "hay un riesgo mayor de que una persona que esté infectada con este virus -cuya infección todavía no presente manifestaciones clínicas- pueda ir en un vuelo y pueda llegar a un país fuera de los países endémicos del virus y comenzar a transmitir la infección, y eso sería catastrófico para el país o región infectada".
Silva explica que "esto se debe fundamentalmente a que la persona infectada puede comenzar a presentar manifestaciones clínicas recién a las dos o tres semanas de haberse contagiado. Entonces ahí hay un periodo de latencia que se llama periodo de incubación y una persona que ya está infectada puede transmitir el virus a las demás personas en un plazo de dos meses aproximadamente".
Sin embargo, el experto hace un llamado a la calma, recordando que la infección se da mayoritariamente en las zonas rurales de los países endémicos y en aquellos recintos asistenciales donde se ha interactuado con los pacientes afectados.
Similar opinión tiene la presidenta de la Sociedad Chilena de Infectología, Jeannette Dabanch: "Como enfermedad emergente siempre supone un riesgo para todas aquellas personas que se exponen en el lugar que está siendo afectado, y eventualmente los que se exponen y viajan de vuelta a sus países por supuesto que representan un riesgo. Pero el riesgo hasta ahora, por lo menos para los viajeros, ha sido bajo y fundamentalmente se circunscribe a las personas que residen en los países afectados".
¿Posibilidades de que llegue a Chile?
Pese a lo anterior, una de las grandes preguntas es si Chile podría ser escenario del ébola. El profesor Silva sostiene que "esto es la ley de las probabilidades: Hay pocas personas de un país como Chile que viajan a estos lugares, o personas de África que vienen a nuestro país, (entonces) las probabilidades son mucho menores si la comparamos, por ejemplo, con Europa Central".
"Europa Central tiene un estrecho contacto con estos países debido a una relación histórica que tiene hace muchos años, donde hay un gran intercambio tanto de personas africanas como de europeos que viajan constantemente a esa zona. Ellos tienen un riesgo mucho mayor que nosotros", agrega.
La doctora Dabanch complementa: "Siempre las enfermedades infecciosas que emergen significan un riesgo y hay que estar atentos y observando cómo evolucionan. De todos modos el riesgo es bastante bajo para nuestro país, porque fundamentalmente los que se han visto afectados no han sido viajeros, sino que son personas que residen en las áreas afectadas, o también personas del equipo de salud que los atienden".
"El riesgo es bajo, pero nunca en las infecciones reemergentes como ésta uno puede decir que es igual a cero. Por lo tanto, los equipos de salud y los de vigilancia epidemiológica deben estar observando esta evolución", añade la profesional.
La presidenta de la Sociedad de Infectología explica que desde 2005 existe un reglamento sanitario internacional que permite a los países realizar un monitoreo constante de este tipo de eventos. "Por lo tanto, las autoridades sanitarias en nuestro país y las personas que están encargadas de la vigilancia epidemiológica están atentas a qué es lo que están diciendo las autoridades internacionales a través del reglamento sanitario internacional, y es ahí donde uno va tomando mayores medidas o se mantiene observante".
En este sentido, agrega que, como sociedad científica, "lo que hemos hecho es mantener una observación constante de la evolución del brote. Tenemos un Comité de Decisiones Emergentes que está monitoreando la evolución del fenómeno, y por su puesto que dependiendo de la evolución del brote haremos sugerencias o nos reuniremos con la autoridad sanitaria, o ella nos citará en el momento que haya que tomar alguna medida especial".
Por su parte, Víctor Silva afirma que, si bien "en Chile es muy poco probable que ocurra, se debe tener un estado de alerta, de desarrollo de un protocolo a nivel ministerial y de los lugares de ingresos de las personas desde el extranjero, principalmente los puertos y los aeropuertos".
En lo relativo al contagio a través de animales, el profesor explica que en Chile existen controles muy estrictos para su llegada al país, tanto en el SAG como en los zoológicos: "Los animales primero tienen un periodo de vigilancia en los países de origen cuando son enviados con certificación del estado de salud, y cuando llegan al país son también sometidos a procesos de cuarentena. Cuando concluye ese proceso es destinado al lugar que se envió", afirma.
El ébola es un virus cuyo reservorio natural (es decir, su origen) no está definido con claridad, pero se cree que viene de los murciélagos frutívoros. Entre los humanos se contagia a través de las secreciones corporales (vómito, semen, mucosas, transpiración, etc.) y el contacto con heridas. También se puede contraer al entrar en contacto con sangre u órganos animales y al comer carne cruda.
De acuerdo a la OMS, el índice de letalidad de este virus es bastante alto, ya que puede llegar al 90%, aunque no todas las personas que lo padecen mueren. Entre los síntomas de este virus está la aparición súbita de fiebre, dolores musculares, de cabeza y garganta, seguida de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática, y en algunos casos, hemorragias internas y externas.
La doctora Dabanch explica que, si bien no existe un tratamiento específico, se aplican medidas de sostén a penas se sospecha que una persona padece de ébola.
Estas son medidas "de hidratación y soporte general del paciente, y se toman las precauciones para que otras personas que deban manejar a esos pacientes no enfermen. Se comienza a observar también a los contactos del enfermo, especialmente intrafamiliares u otros contactos que pudiesen haberse expuesto a esta enfermedad", explica.