TEGUCIGALPA.- Siete reclusos fueron asesinados el domingo en los dos principales centros penales de Honduras por rencillas internas con sus compañeros de celda, informaron las autoridades de seguridad.
El vocero de la Secretaría de Seguridad de Honduras, Leonel Sauceda, informó que cuatro murieron en el módulo de alta seguridad "Scorpion" de la Penitenciaría Nacional de Honduras, ubicada en Támara, a unos 30 kilómetros al norte de la capital, Tegucigalpa.
Mientras, otros tres murieron en la ciudad de San Pedro Sula, a 250 kilómetros de la capital, informó el vocero de la Policía Nacional, subcomisario Jorge Rodríguez.
Los siete fueron asesinados por estrangulamiento a manos de sus propios compañeros de la violenta pandilla Mara 18, confirmó Sauceda.
El vocero señaló que los crímenes de Tegucigalpa fueron en represalia a que los cuatro presos intentaron abusar sexualmente de las parejas de sus otros compañeros cuando éstas estaban de visita, infringiendo así normas que autoimponen las organizaciones criminales a sus miembros.
Los centros penales hondureños usualmente agrupan en módulos o celdas a miembros de organizaciones criminales, como las violentas Maras 18 y la Salvatrucha, así como de otras bandas criminales.
El sábado dos presos fallecieron tras un amotinamiento provocado para impedir que sus cabecillas fueran trasladados a otros centros penales de mayor seguridad.
El sistema carcelario hondureño es conocido por las muertes violentas que ocurren en su interior a causa del enfrentamiento entre los grupos criminales que luchan por espacios de poder y de territorios.
Las cárceles se encuentran sobrepobladas, ya que tienen capacidad para albergar a unos 8.000 reos pero actualmente en las mismas hay en torno a 16.000 detenidos. El gobierno construyó un nuevo centro de reclusión y están en edificación otros tres, con la finalidad de aliviar el problema.
