LOS ANGELES.- ¿No tiene límites la resistencia del público de cine? Esa parace ser la pregunta que se formulan muchos críticos desde que el miércoles se estrenó en Estados Unidos la película "Terminator 3: Rise of the Machines" con la esperanza de convertirse en el éxito de la temporada veraniega.
En todo el país, los críticos de cine utilizaron en sus reseñas el tipo de paliza verbal que a Terminator le encantaría lanzar contra los enemigos que debe vencer para salvar a la raza humana. Ruidoso, estúpido, rancio, barato, fueron algunos de los términos empleados por los expertos para calificar esta reencarnación del popular personaje de ciencia ficción.
Protagonizada por el astro del cine de acción Arnold Schwarzenegger, de 55 años, que mantiene el talento actoral de un campión de fisicoculturismo con discreto manejo del inglés, esta película es la tercera parte de una historia que comenzó en 1984 y tuvo su secuela cuando el padre del actual Presidente Bush todavía estaba en la Casa Blanca.
Ahora, parafraseando al robot humanoide encarnado por Schwarzenegger, la película está de regreso. Pero a pesar de contar con Schwarzenegger en el papel que lo lanzó al estrellato, le falta un elemento importante de los éxitos anteriores: la habilidad del director James Cameron de encontrar el ángulo humano en medio de tanta pirotecnia.
Así, mientras "Arnie" sigue diciendo su texto con la impasible monotonía que significaría la muerte para cualquier otro actor, presenta un cuerpo envejecido restaurado a las dimensiones de su juventud y se divierte en secuencias de efectos especiales, la fórmula no parece funcionar esta tercera vez, según coinciden la mayoría de los críticos.
"La gracia de los dos primeros 'Terminator' era que Arnold Schwarzenegger -con su tono monótono del este de Europa y su físico robusto- había encontrado el papel de su vida, encarnando a una máquina", comentó el crítico Christopher Kelly en el "Fort Worth Star Telegram". "Pero en ’Terminator 3: Rise of the Machines’ Schwarzenegger ni siquiera parece humano y por lo tanto la gracia desaparece".
Kelly quedó tan deprimido con la película que incluso está considerando mudarse a California si Schwarzenegger se presenta como candidato a gobernador. Quiere apoyar la carrera política del actor para que no vuelva a hacer películas.
Con el gobernador demócrata Grey David en medio de una aguda crisis financiera y Schwarzenegger diciendo que se presentará "si el Partido Republicano me quiere", la posibilidad parece más real que nunca.
"T3" es vista como una campaña promocional de 175 millones de dólares para la postulación de Schwarzenegger al puesto de próximo gobernador de California. El fuerte y entusiasta Arnold ayuda a niños, evita que las máquinas contaminen el medio ambiente y salva al Estado, todo sin gastar dinero de los contribuyentes", escribió el crítico de la revista "Time" Richard Corliss.
A.O. Scott de "The New York Times" fue incluso más lejos. Advirtió al público que el ciclo sin final de persecuciones y peleas que conforma la mayor parte de la película implica un riesgo serio para los sistemas auditivos de los espectadores.
En su opinión, Schwarzenegger es culpable del peor crimen que pueden cometer astros del cine o héroes del deporte en edad madura: no saber ni aceptar que su hora ya pasó. "Toda la actuación desprende esa especie de desesperación única de los narcisistas envejecidos, que se humillan a sí mismos en un intento de recuperar glorias pasadas", dijo.
"The San Diego Tribune" llamó la película "horrible, terminal pero satisfactoria", mientras que "The Miami Herald" destacó que esta tercera parte es más divertida y más corta que las otras dos. El diario también destacó la presencia de la bien formada actriz Kristanna Loken.