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Les Luthiers: López Puccio, al Colón

El integrante de Les Luthiers estará a cargo de la dirección musical de la ópera de Gluck, un compositor en cuya obra trabaja desde hace años.

21 de Octubre de 2003 | 10:46 | La Nación de Buenos Aires, GDA
BUENOS AIRES.- Carlos López Puccio es conocido por formar parte del célebre conjunto de instrumentos informales Les Luthiers. El humor y la música son los componentes que hacen del grupo algo único en el mundo, que con sus 35 años de historia es un clásico de la cultura nacional.

Pero la música para López Puccio ocupa un espacio sustancial, fuera del humor. Egresado de la entonces Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata justo cuando nacía I Musicisti (luego Les Luthiers), muy rápidamente se dedicó a la dirección coral. Hoy es uno de los más reconocidos directores corales de nuestro país. De hecho, el Estudio Coral de Buenos Aires, que fundó en 1981, es el grupo de cámara más destacado del país, desde entonces. No casualmente fue nombrado director del Coro Polifónico Nacional hace un par de años. El minucioso trabajo sobre la articulación, el sonido limpio y la afinación exacta son marcas registradas de López Puccio y una referencia para las nuevas generaciones de directores.

Les Luthiers y la dirección coral ocupan casi todo su tiempo artístico. Sin embargo, se las ingenió para meterse también en el mundo de la ópera. Sólo que allí se ha concentrado casi exclusivamente en un solo compositor: Christoph Willibald Gluck.

Entre 1987 y 1988 batió un récord para la Argentina, al dirigir 15 funciones del "Orfeo" de Gluck en dos temporadas de verano en el parque Centenario. El año pasado retomó su amor gluckiano en el Teatro Argentino de La Plata, donde revalidó su título con una elogiada versión de "Alcestes".

Como una consecuencia lógica, Carlos López Puccio fue convocado por el Teatro Colón para que dirija, a partir de hoy, la nueva producción de "Armide", que contará con la régie del cineasta Carlos Sorín.

-La gente que te conoce por Les Luthiers, ¿vendrá a verte dirigir ópera?

-No tengo idea. En general pasa al revés. Sé que hay gente a la que le gusta mi trabajo con el Estudio Coral y dice: "Ah, es el de Les Luthiers", pero no al revés.

-¿Qué significa para vos dirigir ópera en el Colón?

-No hay ningún argentino para el cual el Colón no sea un lugar cargado de peso y simbolismo, tiene esa significación, por lo demás no es muy diferente el acto de dirigir en sí, aquí o en cualquier teatro. Me siento tranquilo, porque esto lo puedo dirigir en el Argentino o en el Colón. Tengo una carrera de músico, no soy un advenedizo. ¡No soy Danny Kay dirigiendo la Filarmónica de Nueva York! Sí me resultó curioso que mucha gente aquí en el Colón no conociera mi trayectoria musical.

-Tal vez porque el circuito coral va por un carril separado al sinfónico y de ópera.

-Por un lado sí, pero éste es mi tercer Gluck. Pero hay gente dentro del Colón que no lo sabía, que cree que estoy acá porque soy de Les Luthiers. Cosa que me divierte un poco. Y que me enfrentó a la situación de tener que demostrarles que yo, más o menos, sé de qué se trata.

-¿Qué lugar ocupa "Armide" en la obra de Gluck? Es una obra posterior a la reforma, pero escrita según el canon francés...

-Es cierto. Pero según mi experiencia, si bien es una ópera escrita para el gusto francés, al mismo tiempo conserva una personalidad gluckiana, de un modo incluso tal vez más fuerte que las otras. "Armide" es una ópera francesa pero posterior a la reforma: por ejemplo, no tiene arias da capo, sólo una. Es una obra muy abierta en su estructura, es más dramática que musical. Hay dos concesiones musicales al gusto francés: las pastorales, donde efectivamente detiene la acción para satisfacer el gusto de la época (en el segundo y en el quinto acto).

-Al igual que ocurrió el año pasado en La Plata, no vas a contar con una orquesta "historicista" sino con el Coro y la Orquesta Estables del Colón. ¿Cómo se inserta tu enfoque musical en este contexto?

-Obviamente una puesta en el Colón con su orquesta y su coro plantea una solución de compromiso. No hay instrumentos de época ni el hábito de la interpretación barroca. Y en esta ópera, Gluck pone un especial énfasis en la articulación de la cuerda. Dejó por escrito muy claramente lo que es suelto, lo ligado, lo que es staccato y spicatto. Es algo inusual para la época, pero marca pautas muy claras. Hasta hace un tiempo esto no se lo respetaba mucho. Pero los directores historicistas están haciendo foco bastante en este tema actualmente. Y yo también, porque creo que salen cosas que tienen un color de estilo que, si no, te los perdés.

-¿En qué consistió el trabajo con la orquesta?

-Les pedí a los músicos articular un poquito a la barroca: no hacer vibrato, tocar con un arco más liviano y con menos sonido. Y creo que se logra dentro del compromiso. En este sentido, los solistas vocales están muy perfilados para el repertorio: Graciela Oddone, Víctor Torres, Silvina Sadoly y Alejandro Meerapfel. Son todos viejos conocidos.

-¿Y con respecto al coro?

-Es un coro achicado, entre 40 y 60 integrantes. Van a estar ubicados en el foso, junto con la orquesta.

-¿Por qué?

-Fue un acuerdo con Sorín, a él le venía bien no tener que mover al coro sino que esas partes las quería hacer con bailarines, que es, plásticamente, una buena solución. Incluso es más fácil para la dirección, no hay problemas de sincronización entre las voces y la orquesta, y además pueden escuchar a la orquesta.

-¿Qué te interesa de los personajes principales?

-Renaud es un personaje transparente, un poco lineal. Todo el tiempo dice que le importa "la gloire" y nada más. En cambio, Armida es muy interesante. Es una maga maligna, pero que se destroza por el amor.

-¿Por qué eligieron a una mezzosoprano en vez de una soprano (Klara Csordas) para representarla?

-Es cierto que nos jugamos a una protagonista heterodoxa, porque siempre se usa una soprano lírica. Pero para mí no dan con el personaje. Elegimos una mezzo porque sí da el color del rol. Sólo en el final está muy exigida (incluso una soprano lo está), pero me parece que por el resultado final vale la pena. Incluso nos permite diferenciarla de sus dos damas de compañía, que son dos sopranos.

-¿Cómo resultó esta primera etapa de ensayos en el Colón?

-No sé si hay algún lugar en el mundo de la ópera donde se llegue al estreno con normalidad. Al menos yo no lo conozco. Tengo historias todos los días, y varias.

-¿Es algo muy distinto de Les Luthiers?

-Claro, Les Luthiers es mi casa, ¡soy uno de los dueños! El Colón y el teatro lírico en general implican una infinidad de variables. Una ópera es el resultado vectorial producto de energías muy diversas, que hasta pueden tirar en direcciones opuestas.

Por Martín Liut
De la Redacción de LA NACION

Funciones y elencos

"Armide" con música de Christoph Willibald Gluck y libreto de Philippe Quinault, sobre el poema épico "Gerusalemme liberata", de Torquato Tasso, se representará en el Teatro Colón en cinco ocasiones: Gran Abono (martes 21), Abono Nocturno Tradicional (viernes 24), Abono Especial (sábado 25), Abono Vespertino (domingo 26), Abono Nocturno Nuevo (martes 28). La dirección musical será de Carlos López Puccio; la régie, del cineasta Carlos Sorín; la escenografía, de Margarita Jusid; el vestuario, de Alicia Gumá; la iluminación, de Félix Monti y Alfredo Morelli, y la coreografía, de Oscar Araiz.

Habrá, como ya es habitual en esta temporada, un doble elenco, integrado, entre otros, por Klara Csordas y Patricia González (Armida); Gustavo López Manzitti (Renaud), Graciela Oddone, Silvina Sadoly, Corina Díaz, Alejandro Meerapfel, Alejandra Malvino, Carlos Ullán, Víctor Torres y Pablo Pollitzer. Participan el Coro y la Orquesta Estables del Teatro Colón y el Ballet del IUNA.


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