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Tema: ¿Más de lo mismo? No, no, no 21/11/2003

21 de Noviembre de 2003 | 00:00 |
¿Más de lo mismo? No, no, no

Con apenas un reciente álbum en la calle, “Fever to tell”, el trío art-punk neoyorquino ha conseguido este año transformarse en la nueva banda mimada de la prensa mundial e, incluso, que la revista Playboy le llegara a ofrecer la portada a su cantante. ¿Por qué tanto revuelo?

Raúl Márquez M.
(21/11/2003)

Yeah Yeah Yeahs
La ya habitual promoción exagerada de una banda que cada cierto tiempo hace la prensa musical anglo –fenómeno conocido como hype- este año recayó en el trío art-punk neoyorquino Yeah Yeah Yeahs. Y alcanzó un
nivel sorpresivo cuando a mediados de año la revista Playboy le ofreció su portada a la cantante de esta banda, Karen O.

Porque Karen Orzolek -su verdadero nombre- no responde al biotipo Playboy a lo Jenny McCarthy, sino más bien a la estirpe de mujer rockera, desde Deborah Harry a PJ Harvey. En su caso, es alta, flaca, pelo oscuro y una chasquilla que le cubre los ojos, a lo Chrissie Hynde de The Pretenders.

Bonita, no. Llamativa y con actitud, de sobra. Pero su atractivo para los medios no es casual. Porque Yeah Yeah Yeahs surgió dentro de la bullente escena neoyorquina del garage rock revival. Aunque Karen O prefiere no ser considerada parte de esa movida y dice que “ante un mainstream dominado por el hip hop y las mutaciones del metal, representamos una alternativa real para la gente joven. Nuestra música está mucho más pegada al hoy y al ahora que la de, por ejemplo, The Strokes o The White Stripes, grandes bandas cuya influencia no podemos negar. Ellos nos abrieron las puertas, pero mientras su opción es estática, nosotros apostamos por la dinámica. No hay demasiado en común, salvo que somos gente de la misma edad que ha coincidido en un momento determinado. Fin de la historia”.


El Factor O

Es que Yeah Yeah Yeahs sobresale entre sus contemporáneos. Claro, su sonido es ruidoso, crudo y con ritmos nerviosos, como varios del llamado new rock. Y no tiene bajista, al igual que Jon Spencer Blues Explosion y The White Stripes.

Pero se diferencia con una delirante experimentación y agresividad y, sobre todo, gracias a Karen O. Porque su carisma cautiva de tan sólo oírla y agrega una llamativa sensualidad femenina al rock, tal como
hace veinticinco años lo hizo Siouxsie Sioux en el punk, que se manifiesta en gestos, gemidos y letras que, en ocasiones, son abiertamente sexuales.

Lo mismo ocurre en sus presentaciones en vivo, alabadas por su fuerte presencia y energía. Sobre el escenario, ella puede aparecer casi desnuda, bañada en aceite y sólo cubierta estratégicamente por un par de corazones recortados, como también derramando cerveza sobre extravagantes vestidos, realizados por su propia diseñadora. De hecho, su vestuario la hizo aparecer en publicaciones como The Face y a que la revista Vogue le solicitara una entrevista, a la que se negó.

El equilibrio entre esas características y el potente aporte musical de Zinner y Chase, transformó a la discografía del grupo -los EPs “Yeah Yeah Yeahs” (2001) y “Machine” (2002), y su álbum, “Fever to tell” (2003)-
en trabajos de culto. Y, al mismo tiempo, les permitió escalar en rankings pop, atrayendo oídos y miradas absolutamente insospechadas.

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