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Templo Votivo de Maipú cumple treinta años desde su apertura a la comunidad

La celebración pretende transformarse en uno de los puntos de atracción para conmemorar el bicentenario de la independencia de Chile.

09 de Enero de 2004 | 11:10 | Francisco Águila, El Mercurio en Internet
SANTIAGO.-El Templo Votivo de Maipú paseará a la Virgen por Santiago y otras diócesis como una forma de conmemorar los 30 años de su entrega a la comunidad, según informó en una entrevista, Jaime Silva, encargado del anteproyecto que pretende convertir al santuario en un símbolo del bicentenario de la independencia de nuestro país.

Según Silva, se visitará Santiago y posiblemente las diócesis de Arica, Temuco y Valparaíso, pero eso quedará a criterio de los obispos locales, quienes tienen la última palabra en el asunto.

Preliminarmente, se tiene contemplado el paso de la Virgen por las cárceles, hospitales, sectores marginales, plazas y posiblemente el Estadio Nacional, lugares en los que estará de tres a cinco días. También se organizarán actos masivos con liturgias para niños, adultos y tercera edad. La idea es que la visita se extienda a todos los católicos, señaló el encargado.

Según Silva, el proyecto "servirá a la Iglesia, al país, al católico y al Santuario de Maipú. De acuerdo a las orientaciones pastorales y dentro del marco de los 30 años, se busca revitalizar la espiritualidad mariana, como una forma de devolver la Virgen al país, la credibilidad a los pastores y de conmemorar el bicentenario, ya que, el santuario es nacional y partió con motivo de la independencia".

La fiesta de celebración comenzará en marzo, y se extenderá durante un año. El evento principal será el 21 de noviembre, ocasión en que se conmemorará el trigésimo aniversario de la entrega a la comunidad.

Fue O’Higgins el que colocó la primera piedra en 1818, luego se levantó una pequeña capilla. Durante el gobierno de Domingo Santa María (1881-1886), se creó una más grande. En 1944, durante la presidencia de Juan Antonio Ríos, los obispos encabezados por José María Caro ordenaron la construcción del templo y en 1974 se entregó al país y a la iglesia.