SANTIAGO.- La celebérrima y architocada cantata escénica “Carmina Burana” del compositor alemán Carl Orff, una de las obras más populares del siglo XX, recorrerá diferentes escenarios a lo largo del país. Este ciclo de conciertos de verano estará a cargo de la Orquesta Sinfónica de Chile, el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile que dirige Hugo Villarroel y los solistas Pilar Aguilera, (soprano); Moisés Mendoza, (contratenor) e Igor Concha (barítono), bajo la dirección general de David del Pino.
Estrenada en Frankfurt el 8 de junio de 1937, la obra combina poesía profana del siglo XIII con una música intensa y deliberadamente sencilla, estructurada con ritmos enérgicos, vibrantes y ricas sonoridades. Inspirada en manuscritos profanos medievales escritos por goliardos, la obra fue dividida por Carl Orff en tres partes: los cantos que anuncian la primavera, la alegría de las danzas ancestrales y los designios de la fortuna. Su argumento, que trata del vino y el amor, presenta una concepción marcadamente pagana de la vida.
Las presentaciones de “Carmina Burana” se inician este viernes 16 de enero, a las 19.30 horas, en el Teatro Universidad de Chile, donde estará en cartelera además el jueves 22 y viernes 23 en el mismo horario. Luego, el sábado 17 de enero, se escuchará en el Parque Ambrosio O’Higgins de Los Andes, a las 20.30 horas, con entrada liberada; el martes 20 de enero se presentará en un escenario habilitado entre las calles San José de la Estrella y Colombia en la comuna de La Florida, a las 20.30 horas, con entrada liberada; el sábado 24 cerrará los IX Conciertos de Verano de la Quinta Vergara de Viña del Mar y finalmente, el jueves 5 de febrero, esta versión de “Carmina Burana” clausurará las Semanas Musicales de Frutillar 2004 en la Décima Región de Los Lagos.
Orígenes
En los siglos XII y XIII era frecuente encontrar por los caminos de Europa a los llamados escolásticos errantes. Algunos eran monjes escapados de sus conventos, otros amanuenses sin trabajo. Obligados a guarecerse en las tabernas a lo largo de su ruta, encontraban allí algunas lecciones extracurriculares. Fascinados en esa vida libre, libertina e incierta, no pocos olvidaron su misión, no volvieron jamás a su lugar de origen ni llegaron tampoco a su meta primitiva. Para ganarse el pan de cada día y el vino de cada noche, componían poemas dedicados, a cambio de una remuneración adecuada, al señor feudal del castillo más próximo o al obispo de la catedral más cercana.
Organizados en una singular liga, Orden de los Vagabundos, tenían por Santo Patrono al mítico San Gólias que, más que pertenecer al Santoral, parecía ser fruto de la imaginación de un Rabelais. Diversos Concilios amonestaron a estos Goliardos por sus sacrílegas canciones. Pero como éstas fueron compuestas en latín, traspasaban las fronteras. Sólo cuando la Iglesia logró imponerse y condenarlas, poco a poco dejaron de escucharse y fueron olvidadas.
No obstante, en un monasterio bávaro al pie de los Alpes, monjes benedectinos del Convento Beuren (Beuren, antiguo alemán por Bayern, en español “Baviera”) guardaron en sus bóvedas una recopilación de estos cantos, donde esos manuscritos estuvieron hasta 1847 hasta que el investigador J. A. Schmeller decidió publicar esta recopilación de poemas medievales desconocidos. La llamó Cantos de Beuren, el nombre del Convento Benedictino donde los había hallado- y, de acuerdo con el texto latino de los poemas se les dio el título también en esa lengua, naciendo así Carmina Burana. Pero para que esta obra alcanzara todo el esplendor que se podía extraer de ella debieron pasar otros noventa años más, hasta que Carl Orff la convirtiera en la su popular cantata escénica: Carmina Burana que, desde su estreno, se ha paseado triunfalmente por todos lo escenarios del mundo a través de todos estos años.
En búsqueda de un tema, en 1935 Orff encontró la edición de la Carmina Burana de Schmeller. Ya la miniatura de la primera página, la Rueda de la Fortuna, despertó su fantasía teatral: O fortuna velut luna.
Las entradas para las presentaciones pagadas de “Carmina Burana” están a la venta en: Teatro Universidad de Chile, desde $ 2.000; Conciertos de Verano de la Quinta Vergara de Viña del Mar, en el Teatro Municipal de la Ciudad Jardín, en la Quinta Vergara y en la Fundación Beethoven en Santiago (Av. 11 de septiembre 2214, oficina 66, Providencia).
Y quienes deseen escuchar “Carmina Burana” en medio de las bellezas naturales del Lago Llanquihue, pueden comprar entradas para el cierre de Las Semanas Musicales de Frutillar 2004 en la Décima Región de Los Lagos, reservándolas a través del Fax: 056-65-421290 o por el email: semfruti@telsur.cl.