TURÍN, Italia.- El escritor chileno Luis Sepúlveda pidió hoy el Premio Nobel de Literatura para el peruano Mario Vargas Llosa, al proclamarle hoy en Turín (norte), como miembro del jurado, ganador del Premio Internacional Grinzane Cavour 2004.
"Vargas Llosa es uno de los mayores escritores de América Latina y en lengua española, que merece el Nobel y otros muchos premios, que hasta ahora se le han negado por razones ajenas a las literarias", dijo Sepúlveda en un acto celebrado en el teatro Carignano de la capital piamontesa.
Para ilustrar esas motivaciones extra-literarias, el escritor chileno, el que más vende actualmente en lengua española en Italia, por delante del fallecido Vázquez Montalbán, habló de la experiencia política de Vargas Llosa, del convulso Perú de los años 90, de las masacres de Sendero Luminoso y de las represalias del Ejército.
También colocó en ese plato de la balanza lo que llamó la "atracción erótica" del autor de ’La Casa Verde’ por la que fue primera ministra británica, Margaret Tatcher.
En el otro lado, "el único que debería pesar para los jurados del Nobel y otros premios", situó la trayectoria de Vargas Llosa y sus "obras extraordinarias, desde ’La Ciudad y los Perrros’ a sus reflexiones sobre la literatura, que son obras maestras".
Tras declararse "amigo apasionado" de su colega peruano y expresar las diferencias que, pese a todo, les separan, mostró su convicción de que el próximo 19 de junio, cuando se entreguen los galardones Grinzane Cavour, podrá cobrar una deuda pendiente.
Explicó Sepúlveda ante un divertido auditorio que entre 1992 y 1993 el rector de la Universidad alemana de Hamburgo buscaba a alguien para presentar un acto sobre Vargas Llosa y que, ante la reiterada ausencia de candidatos, se acabó ofreciendo él mismo.
Al salir al estrado se encontró con una sala repleta de gente que sólo quería repudiar al autor de "Conversaciones en la Catedral" y que le lanzó, uno a uno, un centenar largo de huevos.
Cuando "escampó", Luis Sepúlveda, según relató hoy, dio "orgulloso" su conferencia ante una sala vacía y con la camisa de seda que le acababa de regalar su mujer manchada hasta el punto de que tuvo que arrojarla a la basura.
Esa camisa de seda espera ahora el escritor chileno que le "devuelva" Mario Vargas Llosa, mientras pide, como muchos otros, que le concedan el Premio Nobel de Literatura que, a su juicio, se merece.
