EMOLTV

"Carmina Burana" ataca de nuevo (18/01/2004)

18 de Enero de 2004 | 11:27 |
Mario Córdova
(18/01/2004)

Por muchas décadas "Carmina Burana" ha sido tal vez el espectáculo musical más querido y más visto por el público chileno. Y el hecho de que en los últimos años se lo esté presentando ya no como ballet-oratorio sino como pieza de concierto no ha significado que la obra pierda su atractivo, concitando siempre masivas asistencias.
Una vez más la potente música que Carl Orff compusiera en 1937 está entre nosotros -y se repetirá el jueves y viernes-, en el Teatro Baquedano, ahora en un montaje que reúne al Coro Sinfónico de la Universidad de Chile y la Orquesta Sinfónica de Chile, dirigidos por David del Pino.

El no tener el agregado coreográfico permite concentrar la atención de la audiencia sólo en la música y valorar una partitura que es pródiga, tanto en espectacularidad como en fuertes contrastes en la utilización del recurso sonoro. Consciente de esto, el maestro Del Pino se aleja de toda versión rutinaria y ofrece una lectura magnífica, cuya riqueza cautiva al público en cada uno de los 65 minutos que dura la obra.

Los solistas vocales de esta versión son Pilar Aguilera (soprano), Moisés Mendoza (contratenor) e Igor Concha (barítono). Siendo considerablemente mayor la participación de este último ha de reconocerse que es también la mejor, por cuanto pone su bello timbre al servicio de un canto de buenos matices y acertados avances histriónicos. Disponer de un contratenor y no un tenor para el pasaje del "cisne asado" es un cambio muy oportuno, al que Mendoza saca buen provecho, con intervenciones de cómoda expedición por la tesitura sobreaguda. Pilar Aguilera muestra un notable desempeño, advirtiéndose cómoda y segura, incluso en los escarpados compases finales de su intervención.

Sobre el aporte coral están sentadas las bases de "Carmina Burana" y, en su servicio, el conjunto universitario, preparado por Hugo Villarroel, cumple un brillante papel. A su centenar de voces, unido a los 80 músicos de la Sinfónica en pleno, Del Pino saca un partido increíble, exigiendo constantes y drásticos cambios de velocidad e intensidad sonora que hacen crecer la percepción de una obra que nuestro público ya tanto conoce. Dentro del inmenso aparataje que maneja la experimentada batuta ha de destacarse el gran contingente de percusión y dúo de pianos, donde los cinco timbales de Juan Coderch tienen un soberbio protagonismo.
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?