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Iniciativa bilateral busca salvar a la música camboyana tradicional

El grupo camboyano-estadounidense, Silapak Khmer Amatak (Artes Escénicas Camboyanas), realiza grabaciones y otros programas de acción para inyectar vida a un arte que está muriendo y que se cree alguna vez fue un elemento central en la vida cotidiana en el país del sudeste asiático.

19 de Enero de 2004 | 11:45 | AP
PHNOM PENH.- Un hombre desliza un arco de bambú sobre las cuerdas de un instrumento. El sonido suave y agudo se parece al de una armónica.

Los dedos de un joven se desplazan sobre una flauta de madera que suena como un pájaro, mientras una mujer canta en la lengua tribal del trío.

Los músicos están en un estudio de grabación a cientos de kilómetros de sus poblados al borde de la selva, interpretando la música de los Kroeng, una minoría étnica de la provincia de Ratanakkiri, en el noreste de Camboya.

La grabación forma parte del esfuerzo de un grupo camboyano-estadounidense, Silapak Khmer Amatak (Artes Escénicas Camboyanas), para inyectar vida a un arte que está muriendo y que se cree alguna vez fue un elemento central en la vida cotidiana.

Pero la tarea es ardua: el régimen genocida del Jmer Rojo mató a muchos músicos, y actualmente los jóvenes parecen estar más interesados en el karaoke que en el legado de sus antepasados.

El programa se inició hace unos cinco años con la búsqueda de los principales músicos de Camboya, conocidos como maestros.

Actualmente se encarga de varios proyectos, incluyendo pagos a los maestros para que enseñen, la formación de una biblioteca musical y el desplazamiento de un estudio rodante de grabación a lo largo del país.

La música se ha transmitido oralmente a través de las generaciones, por lo que los historiadores no pueden estar seguros de su antigüedad, pero algunos de los instrumentos están representados en tallas de piedra en los templos de Angkor Wat, que se remontan a 1.200 años.

En la década de 1960 se estaban realizando esfuerzos para transcribir la música en papel, pero el Jmer Rojo los interrumpió abruptamente.

El régimen —en el poder de 1975 a 1979— aborrecía a los intelectuales, incluyendo maestros, artistas y médicos. Se calcula que murió hasta el 90% de los músicos de Camboya, dijo Sam-Ang Sam, etnomusicólogo camboyano que vive en Arlington, Virginia.

En “la tradición oral, cuando los músicos mueren se llevan consigo el conocimiento y la memoria... antes de que puedan ser transmitidos, por lo que éstos desaparecen”, dijo.

El programa Silapak Khmer Amatak fue fundado por Arn Chorn-Pond, un camboyano estadounidense forzado por el Jmer Rojo a tocar la flauta durante las ejecuciones.

Dejó Camboya como un adolescente refugiado, estableciéndose en Jefferson, New Hampshire. Volvió casi 20 años después para encontrar a su familia y su maestro de música, Yoeun Mek, un hombre que lo ayudó a sobrevivir la brutalidad.

El encuentro fue de una emoción incontenible.

“Dijo... ‘Lo sé, percibo que quieres que haga algo, Arn, lo sé’. Y así comenzó (el proyecto del rescate de la música)”, dijo Arn Chorn-Pond, ahora activista por los derechos humanos.

A partir de allí, fue en búsqueda de otros grandes de Camboya, ofreciéndoles dinero para que enseñaran.

Algunos se habían convertido en peluqueros, vendedores de cigarrillos o recolectores de basura. Muchos se entregaron a la bebida y tenían mala salud.

Ahora unos 20 maestros, cuyos conocimientos van desde el violín de dos cuerdas hasta la guitarra de cuello largo, enseñan al menos a 200 estudiantes, incluyendo estadounidenses. Ganan 80 dólares al mes.

“Estoy en una carrera contra el tiempo, pero se está expandiendo con rapidez. No podría ser más feliz”, se entusiasmó Arn Chorn-Pond.

El grupo ha identificado instrumentos desaparecidos como el arpa camboyana, a la que planea darle difusión.

Es posible revivir algo que “básicamente ha desaparecido”, dijo Scot Stafford, un productor musical de San Francisco que encabeza los esfuerzos de grabación. “Pueden reconstruirse las cosas, de la forma en que estamos reconstruyendo el arpa”.

El enorme repertorio musical de Camboya ha recibido influencias de la cultura de la India, las creencias animistas y el budismo, la principal religión del país. La música forma parte de las ceremonias que marcan los acontecimientos importantes en la vida de una persona, escribió Mao Phoeung, un maestro, en su libro “Understanding the Art of Khmer Music” (“Comprendiendo el arte de la música Jmer”).

Mao Phoeung, que estuvo presente durante la grabación del trío Ratanakkiri, dijo que deberían aprender mutuamente la música que tocan.

“Es como los hábitos alimenticios. No es bueno cuando yo como únicamente arroz y pan y tú sólo te alimentas con fruta”, dijo. “Tenemos que probar los platillos de los demás para conocer lo que nos dejaron nuestros antepasados hace miles de años”.

“Existen decenas de manifestaciones musicales a punto de extinguirse, como una especie”, dijo Charley Todd, coordinador de proyecto para el programa con sede en Boston, que forma parte de World Education, un grupo sin fines de lucro.

Si nadie interviene, podrían “desaparecer en 10 años”, agregó.
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