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Veintisiete horas de sexo continúan sin interrupción

Con una intermitencia de público entre dos y treinta personas y con temáticas como homosexualidad, masoquismo y masturbación, continúa la obra "Sexo".

24 de Enero de 2004 | 10:06 | Francisco Álvarez, El Mercurio en Internet
Sexo
Una sencilla esenografía ambienta esta obra.
SANTIAGO.- ¿Quién tiene la voz de mando en una relación de pareja?. ¿Es este un rol permanente o es variable? Esa es tal vez la temática principal de la obra “Sexo” que, con una escenografía minimalista, pone en el tapete diversos temas relativos al sexo.

Lesbianismo, masturbación, homosexualidad, son algunos de los tópicos que aborda esta singular realización teatral. Con escasos diálogos, la obra logra plantear algunas interrogantes respecto al rol del amor en una relación, la importancia del placer y las transformaciones que establece una sexualidad diferente.

“Torcer, ser, ver, morder, seres, eres, eres entonces”, además de gemidos y gritos son parte del breve diálogo que podemos escuchar mientras los cuatro integrantes de la compañía Interno están tendidos simulando relaciones sexuales, sexo oral o simplemente golpeándose y gritándose unos a otros.

En algunas ocasiones, las escenas se componen de un personaje sentado en una silla mientras los tres restantes sólo se limitan a acatar las órdenes que éste entrega, algunas veces casi en silencio y otras gritando.

El vestuario no es más que trozos de género bastante rústicos que actúan como ropa interior. A pesar de que el eje central es el sexo, el desnudo no es parte esencial de la obra y se utiliza como un recurso más bien secundario.

El público de esta jornada de trasnoche fue completamente joven, entre 18 y 30 años, quienes se mostraron sorprendidos por un tipo de montaje poco común y no por los temas que este exponía. El número de espectadores varió entre 30 personas a las 3 de la mañana y sólo dos, a las 7 a.m.

Hasta las 12 de la noche de hoy continúa esta obra, que ya había sido exhibida en España. En ese país fue catalogada como “bazofia cultural”, pero la mayoría estuvo de acuerdo con que fue un acto de liberación, sensualidad y hermosura. Esperemos a ver qué dice el público chileno.