SANTIAGO.- A medida que se acerca la hora de término, la cantidad de asistentes que ha asistido al montaje, se ha incrementado hasta casi llenar la sala.
Desde las 17 horas de hoy, el promedio de personas que ha visto el montaje es de 30, con lo que han mejorado algo las expectativas de los organizadores para el final de la obra.
Claro que son muy pocos los que han optado por quedarse más de tres horas. Uno de ellos dice: “si la gente ve 27 horas la Teletón, ¿por qué no ver 27 horas de sexo?”
En general la opinión del público, en su mayoría hombres de treinta años hacia arriba, es que la obra es demasiado moderna para el gusto de los chilenos, o definitivamente extraña. Además, se escucha constantemente la queja de que la obra está compuesta por escenas muy repetitivas.
A pesar de eso, los asistentes permanecen en silencio y concentrados viendo el montaje. Salvo algunas parejas que han aprovechado el ambiente sensual para acariciarse y besarse entre el público.
Finalmente, puede ser cierto que el sexo es bueno para la salud, pero quizás 27 horas sea excesivo.
De esto pueden dar cuenta los actores, cuyos movimientos cada vez más controlados, van acompañados de un casi imperceptible temblor en sus piernas.
Las 27 horas terminarán a las 12 de esta noche y se espera un final especial, pues las escenas han experimentado un aumento en su intensidad, a medida que se aceran al clímax.
Sábado 24 de Enero de 2004
18:00
Mauro Pastén, El Mercurio en Internet
Con la presencia de un público de 10 personas, cada hora comienza un nuevo juego amoroso, pieles y genitales en disputa como si cantaran rebeldemente las letanías.
El trabajo de los cuerpos en movimiento es intenso desde la cadencia sensual, provocativa y tierna, hasta lo irracional, furioso y salvaje.
A veces se vuelve monótona y repetitiva, en un ciclo que revuelve todas las piezas y elementos para abarcar todas las sensaciones y provocaciones posibles.
Se explotan los cinco sentidos, cuerpos tocándose, acariciándose y golpeándose, presos de un ritmo envuelto en el humo de los cigarros, y dejando sobre el tapete naranjo pieles cargadas de seducción.
No podemos obviar la música: jazz, sinfónica y electrónica acompañan improvisadamente a los cuerpos en sus acciones.
Al mismo tiempo y a un costado del escenario ininterrumpidamente corre el equipo de producción con el agua hervida, el café, y hasta un poco de pisco para mantener caliente el cuerpo y despertar los sentidos.
Al son del "Túmbate, lame, grita, muerde" que afloran casi instintivamente, los personajes explotan lo más masculino y femenino de cada ser.
No importan los prejuicios, está todo el "Sexo" presente en sus diferentes variantes, lesbianismo, sexo oral, orina de mujeres a hombres, juegos con esperma de vela, en fin, todo aquello de que tanto se habla en privado, pero que siempre se esconde.
Sexo que libera, sexo que reprime, sexo que provoca placer y dolor es acogido bajo la cálida y penetrante luminosidad saturada de rojo.
El público
En tanto el escaso número de asistentes, en su mayoría hombres, siguen con mirada profunda los desplazamientos de las féminas danzantes y semidesnudas, impávidos y hasta con ojos de Juez. Otros dormitan contagiados por el ritmo del blues y la ensoñación.
A la salida de cada módulo, varios quisieron opinar. Para el veterano Javier Antequera (69) el espectáculo "es muy bueno, un poco lento, pero es importante porque hay que abrirse en este país cartucho".
José Miguel (25), que estuvo en el comienzo de la obra y volvió en la tarde dice que "me impactó, la encuento fuerte, pero aporta cosas; me despertó muchas emociones en el aspecto sexual".
En tanto para Samantha Sánchez (27) que ha estado presente durante más de 20 horas de la presentación asegura que "me gusta el trabajo actoral y la presión a la que están sometidos los actores, la improvisación y el control de la energía".
Por último, al productor de la obra David García Santos no le preocupa la escasa asistencia de público "estamos muy contentos, empezamos la recta final y se venció el miedo a quedar sin público, a esta hora es normal que haya poca gente, esta noche seguramente se volverá a llenar".
Sábado 24 de Enero de 2004
10:06
Francisco Álvarez, El Mercurio en Internet
Una sencilla esenografía ambienta esta obra. SANTIAGO.- ¿Quién tiene la voz de mando en una relación de pareja?. ¿Es este un rol permanente o es variable? Esa es tal vez la temática principal de la obra “Sexo” que, con una escenografía minimalista, pone en el tapete diversos temas relativos al sexo.
Lesbianismo, masturbación, homosexualidad, son algunos de los tópicos que aborda esta singular realización teatral. Con escasos diálogos, la obra logra plantear algunas interrogantes respecto al rol del amor en una relación, la importancia del placer y las transformaciones que establece una sexualidad diferente.
“Torcer, ser, ver, morder, seres, eres, eres entonces”, además de gemidos y gritos son parte del breve diálogo que podemos escuchar mientras los cuatro integrantes de la compañía Interno están tendidos simulando relaciones sexuales, sexo oral o simplemente golpeándose y gritándose unos a otros.
En algunas ocasiones, las escenas se componen de un personaje sentado en una silla mientras los tres restantes sólo se limitan a acatar las órdenes que éste entrega, algunas veces casi en silencio y otras gritando.
El vestuario no es más que trozos de género bastante rústicos que actúan como ropa interior. A pesar de que el eje central es el sexo, el desnudo no es parte esencial de la obra y se utiliza como un recurso más bien secundario.
El público de esta jornada de trasnoche fue completamente joven, entre 18 y 30 años, quienes se mostraron sorprendidos por un tipo de montaje poco común y no por los temas que este exponía. El número de espectadores varió entre 30 personas a las 3 de la mañana y sólo dos, a las 7 a.m.
Hasta las 12 de la noche de hoy continúa esta obra, que ya había sido exhibida en España. En ese país fue catalogada como “bazofia cultural”, pero la mayoría estuvo de acuerdo con que fue un acto de liberación, sensualidad y hermosura. Esperemos a ver qué dice el público chileno.
Viernes 23 de Enero de 2004
23:26
Francisco Águila, El Mercurio Internet
Hasta la medianoche de mañana seguirá esta obra. SANTIAGO.- Con una alfombra naranja como único escenario, se está desarrollando este montaje protagonizado por dos hombres y dos mujeres, quienes simulan relacionarse sexualmente sobre el escenario, mediante gemidos y frotaciones.
"Sexo 27 horas", que es una antología del erotismo, muestra las diferentes formas de sexo que el ser humano puede experimentar en su vida.
Los actores interpretan a cuatro personas para las que el sexo lo es todo en la vida. Vestidos sólo con ropa interior, Paula González, Claudia Adriazola, Claudio Rodríguez y Juan Carlos Montagna, quien además dirige, interactúan simulando incluso relaciones homosexuales, con el fin de mostrar distintos grados de erotismo en el ser humano.
La iluminación a medias, cuadros eróticos en las paredes y música sugerente, aportan el ambiente sensual en el cual se está desarrollando esta obra.
El montaje está compuesto por módulos de una hora de duración, y alternados con intermedios de diez minutos. Los módulos están interconectados entre sí, de manera de darle continuidad a la obra.
El público, que a esta hora sumaban unas 70 personas, ha reaccionado con naturalidad a esta propuesta artística y han permanecido en la sala durante toda la obra. En los intermedios salen y luego vuelven a sus puestos, para seguir disfrutando de este montaje que finaliza este sábado a la medianoche.
Las puertas del Centro Cultural Matucana 100 estarán abiertas durante toda la noche y todo el sábado para quienes deseen asistir a este montaje. El valor de las entradas es $3000 general y $1500 est