ROMA.- El régisseur, escenógrafo y estilista argentino Hugo de Ana sorprendió al público romano y a la crítica italiana con su puesta en escena de la inédita “Marie Victoire”, de Ottorino Respighi, que a más de 90 años de su composición inauguró anoche la temporada 2004 de la Opera de Roma.
De Ana, que junto al director Gianluigi Gelmetti ya ha inaugurado otras temporadas en ese mismo teatro con obras poco frecuentadas de Respighi (“La fiamma”) y Pietro Mascagni (“Iris”), sorprendió por el juego en el tiempo y en el espacio de que hace gala su “régie”, ambientando “Marie Victoire” en paralelo entre 1912, año de su composición, y la época de la Revolución Francesa, cuando transcurre la acción.
Una vías de tren en primer plano con una estación ferroviaria donde los cantantes planean una representación de la pieza “Marie Victoire” de Edmond Guiraud y un fondo blanco donde se proyectan películas del tipo de “Napoleón” de Abel Gance son el marco en el que De Ana se pasea y hace pasear al público por la historia de una víctima de Robespierre que la noche antes de ser ejecutada se concede a un amigo de infancia sin saber que al día siguiente se producirá el derrocamiento del tirano y su consiguiente liberación.
Como siempre con las puestas de De Ana, la crítica ha asumido actitudes contrapuestas. Hay quien define la de “Marie Victoire” como “espectáculo osado, imponente y logrado” (Rita Sala de “Il Messaggero”) y quien, aún declarándose “gran estimador” del argentino como Paolo Isotta de “Corriere della Sera”, denuncia “el mal gusto y la superficialidad” de la “régie”.
Geraldine Schwarz de “La Repubblica” se limita a una visión panorámica de la obra (la crítica propiamente dicha aparecerá mañana) recalcando la tibia acogida del público y “el estupor causado por el truco del teatro en el teatro” que es la novedad del espectáculo de De Ana.
La puesta, de notable dificultad escénica, hizo retrasar de cuatro días la inauguración de la temporada operística romana haciéndola coincidir con las celebraciones recordatorias del “Día de la memoria” lo que motivó la aparición de Gianluigi Gelmetti al inicio del espectáculo para dedicarlo “a este día en el que se recuerda la Shoah [el nombre que prefieren usar los judíos para el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial] con el augurio de que no haya más guerras en el mundo”.
El reparto vocal estuvo compuesto por Nelly Miriciou, Alberto Gazale, Alberto Cupido y Giorgio Surian. Las representaciones, con doble reparto, continuarán hasta el primero de febrero.
