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Volvió el sabor, volvió el marisco 30/1/2004

30 de Enero de 2004 | 00:00 |
Volvió el sabor, volvió el marisco

"Se acabó el sabor, se acabó el marisco", dijeron en la más famosa canción de su disco anterior. Eso fue en 1987. En 2004, los Electrodomésticos, el grupo más vigente y actualizado de los iniciados en los ’80 junto a Los Prisioneros, tiene nueva generación e inventa el folclor intergaláctico con su álbum "La nueva canción chilena". Aparece la próxima semana.

David Ponce.
(30/1/2004)


Hay dos impresiones vívidas en el recuerdo de Electrodomésticos tras uno de sus recientes conciertos en el ñuñoíno bar La Batuta, a fines del año pasado. Una de ellas abochorna un poco al bajista del grupo, Silvio Paredes.

"Tengo la terrible sensación de haberle pegado un mangazo sin querer con el bajo a un compadre (del público) que estaba adelante y que quedó muy averiado", recuerda. "Estaba muy encima la gente".

La otra abochorna aún más al cantante y guitarrista, Carlos Cabezas. "¿Cuándo fue que había una devota que le besaba los pies al Maestro?", pregunta el tecladista Cuti Aste: el Maestro es Cabezas. "(Ella) Se subió al escenario y me empezó a besar los zapatos", explica él, algo incómodo. "Una cosa nerviosa".

Han pasado cosas así desde que los Electrodomésticos se juntaron de nuevo. Hubo ovación cuando reaparecieron tocando "Yo la quería" con una orquesta y quedó gente afuera cuando actuaron en la radio de la Universidad de Chile, en agosto y noviembre de 2002. "En todo caso, claro que eso te da ánimo para seguir en lo que estás haciendo", dice Cabezas. "Es el reconocimiento que tanto necesita el artista".

"Uno se prepara en la semana para eso, ¿no?", coincide Paredes. "En lo personal", agrega el jugador Cabezas.


¿Bah? Somos los Electro

Ahora ya tienen lo que faltaba para el regreso del año. Electrodomésticos lanzan un disco nuevo: "La nueva canción chilena". Y tal como cuando un hijo pregunta al papá cómo nacen los niños, Guillermo Rodrigo Cuti Aste plantea de improviso la inquietud a sus mayores.

"¿Cómo hay que decir?", pregunta. "¿Que éste es el primer disco o el tercero?"

Los mayores son Cabezas, que deja de revolver el té, y Paredes, que dice "Uff".

"El tercero, yo creo", considera Cabezas.

"¿Primero de la segunda generación?", sugiere Aste.

"Exacto", confirma Paredes. "O sea, es el primero post-abducción".

La abducción es uno de los episodios de la historia de Electrodomésticos, que ya suma dieciocho años. En 1985 se iniciaron como trío entre Cabezas, Paredes y el guitarrista Ernesto Medina: estaba de moda el llamado "rock latino", pero usar teclados, baterías programables e incluir grabaciones de Yolanda Sultana o Jimmy Swaggart en sus dos primeros discos - "Viva Chile" (1986) y "Carreras de éxitos" (1987)- valió al trío un perfil más avanzado y experimental en canciones como "Yo la quería" o "El frío misterio", cuyo verso más inteligible dice "Se acabó el sabor, se acabó el marisco". Luego vino la abducción a comienzos de los 90. Cabezas inició en 1993 un oficio vigente y activo de productor musical y Paredes formó un pionero trío electrónico, los Mismos.

Fin zona de abducción. Desde 2001 la nueva línea de Electrodomésticos incluye a Carlos Cabezas (voz y guitarra), Silvio Paredes (bajo), Gabriel Vigliensoni y Cuti Aste (teclados y coros) y Edita Rojas (batería). Han sido cautelosos: partieron tocando en lugares chicos y tardaron en desempolvar el nombre. En el festival Rock al Sur del Mundo, por ejemplo, celebrado en Concepción en febrero de 2002, se llamaban Cabezas Sound Weapon.

"No había caso. Era el hotel de los Electrodomésticos, la lista de los Electrodomésticos...", recuerda Cuti. "Nadie nos pescaba nuestro seudónimo", se ríe Paredes. "Éramos bien ahuevonados. Éramos los últimos que se querían llamar los Electrodomésticos. Era un pudor ya pero ajeno a la época", sonríe Cabezas.

"Había toda una teoría acerca del regreso del dinosaurio que nos incomodaba", explica. "Obviamente hay grupos que han vuelto a tocar lo mismo que hace quince años, entonces hay intereses comerciales cruzados, y no queríamos ni por asomo asociarnos a ese tipo de maniobras. El punto de partida fue importante, pero más lo fue que durante estas tocatas empezó a aparecer material nuevo. Y con material nuevo, ya: de nuevo nos llamamos Electrodomésticos. Si no, no".

Tocar "Yo la quería" con orquesta era rayar en el dinosaurio. "Es que no había estrategia. No pensamos en Electrodomésticos cuando trabajamos en eso. Cuando salimos dijimos ‘¿Bah? Somos los Electro de nuevo’".

"A la primera tocata fue todo el público antiguo. Después se desgranó el choclo y empezó a venir pura gente nueva", dice Aste. "Si no hay gente nueva hay que empezar a preocuparse", apunta Vigliensoni.

Algo de ese culto a los ’80 persiste: a menudo para hablar de Electrodomésticos los elegidos son "ícono", "mítico", "emblemático" y otros esdrújulos. "El fondo es que hay un cariño por el trabajo que hemos hecho, no más", dice Cabezas. "Ahora, quién se va a creer toda la mitología. No te vas a ir en la volá mitológica".

"Pero quizás eres un ícono, pues", dice Paredes. "Mítico".

"Lo más seguro", dice Cabezas.


El almanaque doméstico

La experiencia de los nuevos Electrodomésticos es amplia. Entre otras cosas, Gabriel Vigliensoni tocó en Lucybell, Cuti Aste en Javiera & los Imposibles, ambos forman los Mismos con Paredes, Edita Rojas integra cuatro grupos: Indygo, Electrodomésticos, Mamma Soul y las emergentes Tole Tole. Y Cabezas no sólo es cantante, guitarrista y principal compositor. Además es gerente de Recursos Humanos.

"De repente nos repartimos las áreas, pero por una cuestión funcional, de abarcar más en términos de interpretación. ¿Qué dirías tú, Gabriel?", sondea, tras una pregunta sobre el perfil de cada uno. "Que yo no me tiraría por el lado de los estilos, de que uno es electrónico", responde Vigliensoni. "Yo no vengo-de-la-electrónica. Escuché música y me gusta la música. Me gustaban más los teclados, Carlos sintió que lo expresaba más tocar la guitarra".

"Carlos administra muy bien el recurso humano", resume Paredes. Lo que incluye hasta la convivencia interpersonal. "A la Edita cuando entró todo el mundo la amó de inmediato, pero conmigo no fue igual", protesta Aste. "Me los tuve que ganar".

"Conocí a la Edita cuando con Indygo grabó en (su estudio) Konstantinopla. Quedé impresionado gratamente por el modo vehemente y lúdico de ejecutar su instrumento", describe Cabezas. "Nos enamoramos de ella. De manera colectiva. Ahora es la guinda de la torta".

Edita tenía diez años para el inicio de Electrodomésticos. Y de poco más tarde data el descubrimiento de Vigliensoni. "Me gustaba que en los conciertos había paradas, pasaban cosas distintas. Siempre había atado, sonaba fuerte, la disposición en el escenario era diferente, todo eso me resultaba atractivo", recuerda el tecladista. Y estaban las singulares nociones de geografía del grupo. Electrodomésticos bautizaban su estudio como Konstantinopla, titulaban un concierto con el nombre de Alburquerque, localidad de Nuevo México; escribían su nombre en ruso para la carátula de "Carreras de éxitos", obra del artista Arturo Duclós, inventaban un esperanto para la canción "Alegarikous" y escribían "Envolibia", donde Bolivia rima con Ottawa o Namibia.

"Yo creo que Carlos compone con el atlas al lado", especula Aste. "Y en el disco nuevo habla hasta de la meretriz sefaradí", actualiza Paredes. "Tiene esa cosa enciclopédica geográfica: acabas de descubrir algo nuevo".


La tribu misma

Otro punto del Atlas del Mundo Carlos Cabezas es Tongoy, balneario de la Cuarta Región: su caleta, sus empanadas ostión queso, su barrio chino y la San Carlos, donde actúa un grupo de buzos llamado Diver.

"La San Carlos es como una fuente de soda quinta de recreo y mall del sexo en Tongoy. Es de todo", informa Cabezas. Y para conocer el sonido de Diver sirve oir una de las nuevas canciones, "Has sabido sufrir", bolero de auténtico sabor ostión queso. En el repertorio figuran además las grandes melodías que el músico hizo para "El chacotero sentimental" (2001): "Pez" y "Maldita". El título del disco es un guiño al movimiento de la Nueva Canción Chilena de los años ’60, pero también son las nuevas canciones chilenas de los Electrodomésticos.

"Tiene muchas lecturas, pero una es que nunca ha sido considerada esta sonoridad dentro de lo nuestro, que siempre tiene que ver con el terruño desde otro tipo de relato, de cierto costumbrismo, el folclor o la canción denuncia", teoriza Paredes.

"Éste es el folclor intergaláctico", inaugura Cuti. "Claro", coincide Paredes. "‘La nueva canción chilena’ se enmarca dentro del folclor intergaláctico más tradicional".

En paralelo, Vigliensoni edita su primer disco, "Nata", y tres Electrodomésticos son además los Mismos. "Es como una tribu productiva que comparte inquietudes musicales e irradia actividad. Y eso es motivante más que preocupante. Se pone entretenida la vida", dice Paredes.

"Y por suerte Carlos es súper comprensivo con todo eso", agrega Aste con complicidad.

"No te hagai el chistoso conmigo", advierte el gerente de Recursos Humanos.

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