
Vitrinas vacías y rotas se pueden encontrar en todo el museo.
BAGDAD.- Los directivos del Museo de Bagdad, traumatizados por los saqueos que se produjeron tras la toma de la capital iraquí por las tropas estadounidenses, hace casi diez meses, siguen teniendo miedo de reabrir sus puertas al público.
En las vastas salas de exposición vacías, hay vitrinas rotas, antigüedades dañadas, y una capa de polvo cubre el suelo.
El director del establecimiento, Donny Georges, explica que tiene demasiado miedo de abrir el museo, que actualmente es protegido por barreras de alambre de púas, por decenas de miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes y por patrullas estadounidenses diarias.
"Tememos que, si abrimos el museo, éste se convierta en blanco de los terroristas. Tenemos una excelente colección y no queremos perder más objetos", dijo.
Todas las piezas pequeñas de la colección, evacuadas antes de la invasión estadounidense-británica, siguen guardadas en la reserva. Los metales preciosos fueron confiados al Banco Central antes de la guerra de 1991 y siguen estando en las cajas fuertes.
Una muralla de seguridad está siendo construida en la parte de atrás del edificio para evitar que se repita lo ocurrido en abril pasado, cuando los saqueadores entraron por la puerta trasera y se llevaron más de 14.000 piezas, 5.000 de las cuales fueron recuperadas en el extranjero, indicó Georges.

El museo alberga una serie de artefactos que esperan para ser reparados.
Entre las antigüedades devueltas figuran 1.000 que fueron decomisadas en Estados Unidos, 700 en Jordania, 500 en Francia y 250 en Suiza.
Pero el director acusa a Irán, a Kuwait, a Arabia Saudita y a Turquía de pasividad en la búsqueda de las obras robadas que fueron introducidas en sus territorios.
El escándalo provocado por los saqueos y el inmenso patrimonio arqueológico de Irak atrajeron el interés de los donadores de todo el mundo, que enviaron ya cuatro millones de dólares al establecimiento.
El departamento de Estado norteamericano donó un millón de dólares, que bastará para reamueblar el edificio de aquí a abril, según las autoridades estadounidenses en Irak.
El saqueo del museo valió a Estados Unidos una catarata de críticas.
Ahora, el aire acondicionado, la instalación eléctrica y las cañerías están siendo reparados y las paredes pintadas. "Espero que todo esté terminado dentro de dos o tres meses", dijo Georges, agregando que no por ello el museo volverá a abrirse. El director quiere que el de Bagdad se convierta en uno de los mejores museos del mundo, lo que llevará, según él, entre dieciocho meses y dos años más.
"Ahora estoy muy optimista gracias a la enorme ayuda que recibimos del mundo entero", comentó.