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Nuevo pop & rock chileno: Generación espontánea 6/2/2004

06 de Febrero de 2004 | 00:00 |
Generación espontánea

Desde una cantante pop que salió de "Rojo" al mundo real hasta el rock de los subterráneos, la mayoría de estos grupos empezó hacia 2001 y tienen nuevos discos recién lanzados en 2003. Esta es la nueva generación de músicos de la casa.

David Ponce y Paulina Cabanillas 6/2/2004

Escucha a las bandas de este reportaje


Nuevas bandas
Matorral: Flora silvestre chilena

Matorral tiene tanta música que cada uno de sus conciertos parece el de un grupo nuevo. El año pasado hicieron dos discos seguidos, y las siete canciones de "Antejardín" y las catorce de "Voces del rincón" prueban que el grupo puede ser un trío de rock folclórico, psicodélico, encomendarse a Jimi Hendrix, The Who o a un Jeff Buckley subliminal y, con todo eso, hacer uno de los mejores discos de 2003.

Tomó tiempo emprender ese impulso. El grupo debutó en abril de 2001, iniciado por Felipe Cadenasso (voz y guitarra), Fernando Stern (bajo) e Iván Molina, baterista de grupos históricos como Emociones Clandestinas (1985-1989) o Santos Dumont (1990-2002). Y la última vez con Stern fue memorable: en septiembre de 2002, junto a Solar en el bar La Batuta, de fondo y sin previo aviso se hizo presente Charly García, que estuvo tocando el bajo de Matorral mientras se empolvaba el bigote.

Las canciones del grupo son como familias. Para Cadenasso un polo es psicodélico y el otro es folk rock. "Siempre he pensado que hay una parte media Who", agrega Molina, y ahí están "Invierno", "Premios y estatuas de sal" o "Abro el cemento", tan breve como sorprendente. Hay otra serie de composiciones de armonías inquietas como "Encuentro", "Mañana de un día café" o "Voces del rincón". Y está el gen folclórico chileno, con las quenas de "Porvenir" y los aires de cueca de "Hasta que cubra el mar" o "Gracias a ti", dedicada a Gato Alquinta.

"Nos gusta que la parte folclórica, la Nueva Canción Chilena y todo eso que ahora está de moda, nos salió espontáneamente. De hecho nunca hemos tratado de sacar ritmos ni investigar", explica el baterista. "Felipe (Cadenasso) es extremadamente prolífico y compone muy rápido", dice Planet, bajista del trío desde 2002. "Siento que la composición es grupal porque siempre estoy pensando en Matorral y hay un trabajo de todos", añade el guitarrista. Y siguen naciendo canciones para otro disco en 2004, como "Dentro de las piedras", "Carne de cañón" o "Corre", con cita a "Corre hacia los campos", del grupo chileno Embrujo (1968-1972).

"Floks chileno", sonríe Iván Molina, recordando cómo fueron anunciados en un reciente concierto en Puente Alto. "El presentador hizo una ficha y dijo "un grupo que mezcla rock clásico con raíces floks chilenas". Así que ése es el estilo que somos: floks", concluye. Ha salido un nuevo estilo de baile.
www.capsuladiscos.cl


Nuevas bandas
Marinaclub: Pop, ¿y qué?

Con una minifalda floreada, botas de taco alto y cachitos, Bárbara Intriago sale al escenario y comienza a cantar "Un 2 tres". Una niña chica se para a bailar y canta con ganas. La vocalista se apodera del escenario y sus compañeros, Claudio Pérez (guitarra y bajo) y Luis Corominas (teclados y theremin), de look más deportivo, la siguen y animan al público a que baile.

Es el estreno del primer disco de Marinaclub, Poplovers. Un año antes, en enero de 2003, Bárbara Intriago participó tres semanas en "Rojo, fama contrafama". Y de allí salió hasta con un fans club, "Los guachos". "Lo pasé increíble, pero igual andaba buscando algo más aterrizado, porque me interesa más la música que la televisión", comenta esta rubia de 26 años. Después de dejar el programa, fue sin ninguna expectativa a un casting para vocalista de un proyecto electrónico. Y Pérez y Corominas la escogieron.

Claudio Pérez había tocado en grupos más electroacústicos como Quadrofénicos, pero en Marinaclub eligieron un formato de canciones pop que hizo indispensable a una vocalista. "La Bárbara llegó como pieza clave. Necesitábamos un rostro, que fuera el emblema del grupo y manejara todo el cuento de la interpretación", explica Corominas. Con sonidos electrónicos, guitarras acústicas, teclados análogos, theremin y samplers, el trío asume sin ningún problema su gusto por el pop en su disco: pusieron la canción "Dime dónde" en la banda sonora de "Machos"; "Keep on dancing" en la teleserie "16", de TVN, e "Intro" en la película «Los debutantes».

"Que una canción pop se escuche fácilmente no significa que se haya hecho fácilmente. La creatividad es fundamental para hacer una melodía pegajosa", explica Pérez, mientras Corominas se aproxima a la electrónica y Bárbara escucha desde Silvio Rodríguez hasta Ozzy Osbourne. "Eso ha sido súper bueno, porque donde más compartimos es en lo netamente pop. Cuando despierto en la mañana y estoy malhumorado, pongo un disco de Kylie Minogue y se me sube el ánimo", dice el guitarrista. "Lo pasamos bien en el escenario y queremos que ellos también lo pase bien", agrega Corominas. "Ya tenemos tanto stress en nuestras vidas que inyectarle aún más stress no tiene sentido".
www.marinaclub.scd.cl


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Goda: Sensible y sensual

Como sus casas estaban unidas por las terrazas, se juntaban a escuchar a Maxwell, Djavan, D’Angelo, Ed Motta y Sade, músicos estadounidenses, brasileños o africanos, pero con la misma raíz negra. Ahí, en 2000, el cantante Gonzalo Go Astaburuaga y el baterista David Vásquez empezaron a escribir canciones juntos y la dupla, denominada Goda por sus iniciales, ya no se separó más.

"Goda es un proyecto de dos personas. El resto de los integrantes depende del momento y las necesidades musicales que tengamos", dice Go. Así es como grabaron Flash imperial (2003), su debut: un disco de canciones de amor. "Es nuestro eje. No hablamos de otras cosas. Hay tanto que contar acerca del amor y desamor, de todo lo que eso significa, felicidad, odio, pena. Inventamos personajes masculinos que están metidos en un mundo súper sensible y sensual de las cosas".

Goda intenta que sus conciertos suenen distintos al disco. "Hay que ensayar mucho, cambiar los grooves y las armonías. Si escuchas R&B (rhythm and blues, música popular afroamericana en EE.UU.) o soul más moderno, te das cuenta que graban con máquinas y equipos para que todo salga perfecto, pero en vivo se presentan como humanos; entonces no puedes pretender sonar de la misma manera", dice el baterista.

Soul, funk, R&B, pop y hip-hop se mezclan en Flash Imperial. "Somos una banda de música popular", define Go. "Hacemos pop y lo fusionamos con lo que nos gusta en el momento. De más que se puede decir que somos una banda soul, pero es porque no hay otros haciendo lo mismo. Perfectamente mañana nos pueden dar ganas de tocar cuecas y seremos un grupo folclórico. ¿O no?".
www.goda.cl


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Gameover: Nuevas formas de resistir

Mientras tanto intento ser feliz / aunque todo esté perdido / tengo que inventar... / nuevas formas de resistir, corean y bailan con fruición los asistentes al show de Gameover. El trío, formado por Juan Pablo Sepúlveda (voz y guitarra), Martín Pérez-Cueto (bajo) y Germán Acuña (batería), casi no se ve porque el escenario es hechizo; el local, minúsculo y hay cerca de cincuenta personas. "Las mejores tocatas son cuando la gente está al lado tuyo saltando y cantando", distingue el cantante. "Tener a la gente sentada es fome, no va con nosotros. Tiene que haber sudor, roce y vacilón".

Siempre autoproducidos, Gameover se han hecho un nombre en el ambiente alternativo y también en el que no lo es tanto. Parte de sus fans se fueron cuando el grupo puso tres canciones en la banda sonora de «Los debutantes», abrió en abril de 2002 el concierto de Stephen Malkmus en Chile y mantuvo el clip de "Nuevas formas de resistir" rotando en MTV. "Nos decían estrellados, sólo porque tocamos con grupos grandes y por lo de la película. Pero las cosas se dan como consecuencia de algo", dice el bajista.

Tras una acelerada primera cassette (Gameover, 2000), con sus discos Transparente(2001) y Bipolar (2002) se acercaron al borde más sensible del punk. "Para algunos seguimos siendo punketas, para otros somos emo (de emocore, corriente de punk emotivo) y nosotros decimos que somos indie pop, que es como no decir nada", dice Pérez-Cueto. "Hay cosas que hacemos por puro placer. La plata que hemos invertido en poleras, chapitas y todo lo que implica hacer un disco no la vamos a recuperar jamás. Pero con sólo tocar ya te das por pagado".
www.gameover.id.cl


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Golem: Fiel a la melodía

Según la mitología, el Golem es una figura de barro que vive gracias a lo que evocan unas palabras escondidas en su boca. Escogieron el nombre porque algo parecido sucede a este trío, conformado por Rodrigo Quiroga (voz y guitarra), Manuel Burgos (voz y bajo) y Erick Albarrán (batería). "Intentamos que quien escuche una canción la pueda hacer suya, que cada uno pueda interpretarlas para sí mismo", explica el guitarrista.

No siempre fue fácil. Provenientes del Instituto Nacional e iniciados en 1999, siempre que Golem participaban en concursos de bandas juveniles se sentían fuera de lugar entre tanto funk y metal. En uno de esos festivales la atracción era Chancho en Piedra. "La gente estaba ansiosa y todos levantaban sus chanchitos. Pero antes tocábamos nosotros: los Golem. Fue terrible", recuerda el bajista. "Los que atinaron con nuestro show sacaron sus encendedores".

Con un sonido crudo y melancólico, pero sin llegar al extremo, las canciones del primer disco del grupo (Golem, 2003) remiten a metáforas, imágenes y sentimientos, como ocurre con su primer adelanto en la radio, "Fiel". "Lo más importante para nosotros son las sensaciones que la música produce, el contener emociones y momentos", explica Quiroga. Aún no les convence definirse. "Lo que sí se puede deducir fácilmente son las influencias, Radiohead, The Smiths, Travis, pero no nos consideramos britpop".
www.golem.scd.cl


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FunkReal: Las cosas por su nombre

Aburridos de llegar a supuestas tocatas funk y encontrarse con grupos que eran de todo menos funk, decidieron llamarse FunkReal. Y titular su disco debut como Respeto por el funk (2003). Carolina Carito Plaza, Chaguilupi y Jesús-G se encargan de las rimas, mientras Rodrigo Romero y Bruno Borlando, alias Erre y Dr. Funk, elaboran además las bases musicales.

"Nosotros hacemos g-funk: gansta-funk, que mezcla funk callejero con hip-hop, algo de soul y sonidos de sintetizadores", define Dr. Funk, con la influencia de músicos como Dr. Dre o Warren G. El verano de 1998 en la playa de Algarrobo fue el punto de partida. "Carito estaba justo al lado de nosotros en una fogata, cantando en una canción de Lauryn Hill. La llamamos y la invitamos a que cantara con nosotros".

En las presentaciones de FunkReal, cargadas de sensualidad, no hay descanso: las canciones son tocadas de corrido. "La gente tiene que pasarlo bien, bailar, disfrutar. Y cuando termina la música, se acaba FunkReal", dice Borlando. Y en sus letras aluden a mujeres, sexo y fiestas. "Más que sensuales, nuestras canciones son calentonas", define. Se refleja no sólo en un título como el single "Caliente": luego en el disco vienen "Sexo caliente", "Eleva tu orgasmo" y "Penetra". "No puedes ponerte poético cuando hablas de amor, porque uno no habla así. No le dices a tu mina eres como una rosa roja", explica Dr. Funk. Algo así no sería real. Y menos funk.
www.funkreal.tk


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Griz: El principio de la austeridad

Griz tiene una de las mejores virtudes: la economía. No cobran más de dos mil pesos por sus conciertos, venden sus discos igual de baratos, diseñan y salen a pegar sus propios carteles. Y ése es sólo el principio de la austeridad. En Griz nadie habla de más, y nadie escribe una palabra de más, porque sus canciones no tienen letra, ni nombre, así que tampoco hay nada que anunciar en los conciertos. Sus discos tienen los neutros títulos Volumen 1 (2000), Volumen 2 (2001) y Griz en vivo (2003), y bastan tres instrumentos para tocarlos: la guitarra de Roberto Oyarzún, el bajo de Jaime Martínez y la batería de Cristián Vásquez.

"Está pensado para el lolo que anda en micro con su perso", explica el baterista acerca de "Griz en vivo", que, por cierto, está sólo disponible en cassette. Pero junto a la austeridad, Griz tiene al mismo tiempo la intensidad. Son ajustadas paredes eléctricas de ruido las que levantan en sus conciertos, iniciados en 1999 tras unos orígenes punk o metaleros. Y "En vivo" es una buena muestra del circuito del trío: fue grabado en los emergentes estudios Elefante, en un festival punk del viejo Teatro Esmeralda y en un restaurante clausurado por falta de patente justo cuando Griz estaba tocando. Hasta el corte de luz quedó grabado.

"A mí me gusta tocar donde haya gente. En todos los lugares nos aplicamos y encaramos de la misma manera las tocatas, con el mismo nervio", dice el guitarrista, cuyo grupo también actuó en el Goethe Institut a fines de 2003. "Creo que uno no se adecúa a la estética de los lugares cuando toca: uno hace la fiesta donde va", agrega. "A pesar de que nuestra política es como el sucucho", dice el baterista. "Yo igual prefiero tocar en lugares que se estén cayendo a pedazos. Me siento más cómodo".

En su actual repertorio, Griz está tocando con igual fuerza y precisión canciones más complejas, destinadas a un nuevo disco que será publicado en 2004 y que sin duda se llamará Volumen 3. "Estamos buscando un sonido más pastoso, más antiguo", explica el guitarrista, cuyo grupo se apresta a grabar en el estudio del jazzista Daniel Lencina (hijo). Y su sitio web, desarrollado por Ricardo Vega y con sede en la agencia TXT (www.agenciatxt.com), es un lugar bien diseñado y escueto, como el sonido de Griz. "Si les gusta la música, es música. Chao. Es que, la dura, no tenemos nada que enseñar a nadie".
www.grizrock.tk


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Mostro: Pop, pero retorcido

Fue el 31 de octubre de 2003, poco antes de romper rabiosamente su batería en un concierto, cuando Jaime Reinoso vio a su hermano vomitar sangre. Pero no alcanzó a paralizarse del susto. "Me puse un taco de sangre artificial que había preparado en mi casa. Mientras tocábamos lo miré y empecé a vomitar. Y éste se asustó", cuenta Carlos Reinoso, su hermano.

Así son los shows de Mostro: enérgicos y con gags improvisados. Formaron el dúo en 2001 en su natal Los Andes, y Jaime Reinoso se acostumbró a tocar batería descalzo por sus vecinos, que apedrean la casa durante los ensayos: se sacó los zapatos para el que el ruido aminorara, y se acostumbró. "Es una cosa de sensibilidad. No puedo tocar con zapatos porque no siento lo que estoy tocando".

Mostro escoge hacer música instrumental para arriesgar más musicalmente. "Es un género que permite explorar más que el concepto de canción hablada", explica Carlos, y las letras tampoco se echan de menos ya que son suplidas por un título por lo general largo y rebuscado como "Apreciación básica del morse intestinal" o "Proposiciones audibles al uso terapéutico de la psicoacústica".

"Pop, pero retorcido", definen. Porque sus canciones son cortas y se remiten a versos, coros y estribillos. Y sus presentaciones no duran más de cuarenta minutos. "No nos gusta la trampa facilista de la abstracción que, por ejemplo, se dio con (el grupo inglés) Mogwai", acusa Carlos. "Como que al final se convirtió en una banda estafadora. Uno no puede estar atento a un show o a una canción por mucho rato".

El disco debut de Mostro, RH=01 (2003), está dedicado a Margarita Estrella, su abuela. Tienen una deuda pendiente con ella. "Ensayamos en su casa durante diez años, hasta que falleció el 2001. Siempre nos decía: ustedes cuando saquen un disco van a tener que ir a tocarme a la tumba", recuerda Carlos. "Y vamos a tener que cumplir".
www.quemasucabeza.cl


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Perrosky: Terno y corbata

Como a Alejandro Gómez le dicen Perrosky desde chico, no tuvo que dudar mucho para firmar su primera grabación, una cinta de siete canciones con una pura guitarra y titulada Añejo (2001). Ahora Perrosky ha crecido y es además el nombre del dúo que forma desde 2002 con su hermano, el baterista Álvaro Gómez.

Y también ha crecido el sonido. Si el anuncio original del disco garantizaba "folk a cuatro pistas", ahora, más que lo acústico del folk, las nuevas canciones tienen lo eléctrico del blues. Hijos de la nortina Copiapó, ambos integran además el grupo de rock Guiso, pero en Perrosky tocan una música más intimista.

"A Alejandro le importa mucho más el ritmo, los pequeños detalles y sutilezas, más que grandes arreglos", explica el baterista. En parte por eso la coincidencia con los célebres neoyorquinos The White Stripes, también dupla de guitarra y batería, los tiene sin cuidado. Más los sorprendió el disco del inadvertido dúo estadounidense Soledad Brothers (2000). "Pero esos grupos son de allá y están mucho más cercanos al rock blues de lo que podemos hacer nosotros. Me daría vergüenza decir que tocamos blues", dice el cantante. "Al final hacemos rock, pero bien a la chilena. Yo diría que tiene la rítmica y la armonía del blues pero la parte melódica y el fraseo de la voz chileno. Folclor chileno".

La primera vez que Perrosky tocaron con trajes fue a mediados de 2002, tras ver un video de músicos de blues. "Quedamos peinados para atrás con Howlin’ Wolf, John Lee Hooker. Entonces dijimos "compremos unos ternos", pero no ternos como Los Bunkers, que salen pinteados, sino cualquier terno que nos guste", recuerda el baterista. Él compró su chaqueta en Bandera por dos billetes de a mil. El mismo día su hermano encontró otra. "Era para rendir tributo a lo que podemos llamar nuestras influencias", explica. Y uno no va a rendir tributo vestido de cualquier manera.
algorecords@hotmail.com


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The Ganjas: Ganjaventura

El camarín de The Ganjas se prepara para la primera fecha del año: los primos Samuel Maquieira (voz y guitarra) y Rafael Pape Astaburuaga (voz y bajo) junto a Luis Felipe Saavedra (teclados) y Aldo Benincasa (batería) tocarán en unos minutos más en el bar La Batuta con el dúo Mambotur, uno de cuyos músicos, Pier Bucci Astaburuaga, es además tío del guitarrista y el bajista.

The Ganjas son un grupo de rock y Mambotur es parte de la avanzada electrónica chilena en Alemania, pero hay algo en común. Y no sólo es el parentesco. También es el dub: esa base musical jamaicana que invita a moverse al simple pulso de un ritmo y un bajo. "El dub es una base constante y en eso nos entendemos", explica Astaburuaga. Todo está en seguir la cadencia. De hecho, Maquieira es además guitarrista de los longevos rockeros Yajaira, pero aquí alcanza otro vuelo. En The Ganjas cabe toda música que sea volátil: reggae, psicodelia, congas y maracas, The Verve o un blues llamado "Rock de la ganja".

Desde su debut en noviembre de 2001, por el grupo han pasado el guitarrista Miguel Montenegro, los percusionistas Javier Alonso y Álvaro Gómez y el líder de los disueltos Solar, Alejandro Gómez, que los acompañará esta noche y cuyo sello, Irrepetible, publicó el disco del grupo, The Ganjas (2003). "Es una postura sana de nosotros: las personas que quieran participar, mientras vayan a los ensayos y haya onda, está todo bien. Así se nutre", dice el bajista. "Ganjas está abierto a todo. No es algo rígido. Si el sonido queda bien, puede ser una tocata o una grabación", agrega el guitarrista, con miras a editar un segundo disco este año. Como dice Saavedra: "Un grupo de verdad hace un disco por año".
www.theganjas.tk


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Pendex: Niños con bombas

El guitarrista Juan Pablo Arredondo puede haber ganado experiencia tras ir en 2003 de gira a Europa con su nuevo grupo, Familia Miranda, pero no importa. "Me impuse que voy a ser Pendex toda la vida", declara: Pendex es su grupo anterior, que acaba de debutar con su disco Pendex (2003).

Hoy son Cristóbal Dumay (voz y bajo), Ricardo Halabí y Alejandra Elgueta (guitarras) y Felipe Bawlitza (batería). Su edad promedio arroja 23.7 y ya alcanzaron una cumbre: cuando el 1 de mayo último debutaron en Chile las Breeders, herederas directas del precursor grupo alternativo estadounidense Pixies, Pendex tocó primero. Nada mal para haber partido un año y medio antes, el penúltimo día de 2001, con un concierto en un taller de pintores de Recoleta que terminó allanado por la policía.

"Yo creo que sirvió para aprender", dice Ale. "Yo estaba nervioso pero igual estaban todos felices. Así ganas experiencia", agrega Bawlitza. Y ambas ideas valen para las dos fechas, pese a los bemoles de tocar con Breeders. "Uno está acostumbrado en las tocatas a compartir con todos y con ellos no compartimos nada", dice Arredondo. A la fecha, Pendex se ha dado maña para tocar además desde sitios de Concepción o Papudo hasta en bares de Matta o Maipú.

Cuando Ricardo Halabí sustituyó a mediados de 2003 a Arredondo, provenía del disuelto grupo de post-rock Mota, pero demostró que también podía rocanrolear. "Hace tiempo que tenía ganas de hacerlo", dice, y lo prueban canciones como "Explosión" o "Chuck": "Pendex" es un viaje desde Chuck Berry hasta Ratones Paranoicos montado en una tabla de surf, fiel a los diversos gustos de cada uno. Aunque sí hay cosas comunes a los cuatro, como el Marabú: la fuente de soda que figura en la carátula del disco. "Queda en la rotonda Sebastián Elcano", dice Dumay. "Así como los Pettinellis tienen al Liguria, Pendex tiene al Marabú".
vivapendex@hotmail.com


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Ramires!: Cuerpo a tierra

Nadie en el rock chileno se arroja al suelo con el estilo de Ramires! Todas sus actuaciones terminan con los cuatro músicos retorcidos en el piso entre guitarras, cables y descargas de electricidad rockera, por igual en una picada frente al Cementerio General o en su reciente aparición en "Amenaza real" de Canal 13.

Lo dice su más célebre canción, "El rock de los muertos", que más que una canción es una herramienta: funciona como un tributo a los difuntos célebres del rock y como un catálogo de los antros en que ha tocado el grupo bajo el lema "También he tocado en lugares peores / pero de mi lado estaban las canciones".

A dos años de su debut en abril de 2002, hoy Ramires! prepara la verdadera ofensiva. Ramires Himself (voz y guitarra), El Camino Cruz (guitarra), Agent Mitnik (bajo) y Matt Lee Rock (batería) lanzarán en marzo su primer disco, Rock guerrilla vol. 1. Serán sólo tres canciones: "Acción!", "La puerta negra" y "Luces". "Es como una guerrilla. De a poquitito. Socavando desde abajo", dice Lee Rock. "Yo veo que la manera de solventar estas bandas, más que sacar y sacar discos, es poner éxitos en la radio. Es la gran arma que tenemos", agrega el Propio Ramires. "Todo el esfuerzo que habríamos puesto en diez canciones lo pusimos en tres", garantiza Agent Mitnik. "Y es barato: por dos lucas te lo compras de una si te gusta la banda".

Parte de la nueva oleada rocanrolera chilena, Ramires! grabó Luces con la bajista de Guiso, Bernardita Martínez, como cantante invitada, y en vivo suelen convocar a Goli, cantante y guitarrista de los Tsunamis, como agitador de masas. Como el día en que, en un festival en la UC, El Camino Cruz se paró a tocar sobre las tornamesas del número de fondo, el dúo electrónico Bitman & Roban. "Las pusieron a todo lo largo del escenario y cuando nos preguntaron les dijimos ¡sácalas!. Cómo no nos va a molestar: loco, muévelas. Y quedaron puestas. Y yo ya encabronado me subí arriba", recuerda. No se metan con Ramires!
ramiresrock@hotmail.com

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