Al cantante sólo le falta conquistar al público norteamericano.
LONDRES.- El músico mejor pagado de la historia del pop británico, Robbie Williams, cumple 30 años mañana viernes 13 de febrero.
De muchacho adorado a principios de los 90 por multitud de jovencitas ha pasado a ser una estrella internacional cuya música es tomada en serio. En la entrega de los Brit Awards, los premios de la música británica, fue distinguido por cuarta vez como el mejor solista.
Williams, de quien en su momento el rockero Noel Gallagher, de Oasis, se burló como “el cantante gordo de Take That”, tuvo que lidiar con problemas de drogas y alcohol tras salirse del grupo en 1995.
Pero en 1997 consiguió su primer gran éxito en solitario con “Angels”. Cuando hace tres años publicó su álbum
Swing When You’re Winning, con música que evocaba las big bands, muchos críticos auguraron que iba a ser un fracaso. Pero resultó todo lo contrario. Consiguió un éxito extraordinario con la venta de millones de copias en todo el mundo.
En 2002, Williams suscribió en Londres un contrato con una discográfica por un monto estimado en cerca de 164 millones de dólares. “Soy más rico de lo que jamás pude soñar”, afirmó entonces.
Su álbum
Escapology(2002) fue el disco más vendido del año en Gran Bretaña. Tan sólo parece que se le resiste su deseo de convertirse en estrella absoluta en Estados Unidos, al igual que sus ambiciones de suceder al actor Pierce Brosnan para encarnar a James Bond.
En una entrevista reciente comentó en voz alta que se estaba planteando dejarlo todo y “criar hijos”. Pero al ser consultado si realmente lo estaba diciendo en serio, Williams dudó unos segundos y luego respondió: “No”.
